EUROPA/ITALIA - "La Iglesia, en el Novecientos, ha sido como un barco que, empujada por el Espíritu, ha atravesado mares procelosos, alcanzando nuevas tierras e implantando, aún en medio de grandes dificultades, la semilla del amor de Cristo": intervención del Card. Crescenzio Sepe en el Congreso sobre "Signos del Espíritu en el Novecientos"

lunes, 3 octubre 2005

Luca (Agencia Fides) - Para una relectura histórica de los signos del Espíritu que se han manifestado en el siglo que acaba de finalizar, "no podemos no hacer referencia a aquel significativo acontecimiento que ha resumido, en cierto sentido, toda la historia del Novecientos: el Gran Jubileo del Año 2000". Ha afirmado el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en su intervención la tarde del sábado 1 de octubre en el Congreso internacional sobre el tema "Los signos del Espíritu en el Novecientos. Una relectura histórica: la narración de los testigos", que ha tenido lugar en Luca del 30 de septiembre al 2 de octubre (ver Fides 28/9/2005).
El Gran Jubileo también ha sido "la representación de lo que el Espíritu Santo ha obrado en la Iglesia y en el mundo, demostrando que los cristianos, en sus diversas situaciones existenciales, han sabido no sólo conservar la fe, sino también vencer el mal con el bien, dando testimonio de su fidelidad a Cristo y mostrando que las semillas de la esperanza esparcidas en sus corazones por el Espíritu Santo, han traído abundantes frutos y nuevas esperanzas para la humanidad."
El Card. Sepe ha continuado recordando los lutos y sufrimientos provocados en el siglo pasado por las ideologías totalitarias, las oleadas de violencia y odio que han intentado por todos los medios "oscurecer el auténtico humanismo y corroer el espíritu religioso y los sentimientos de libertad de los pueblos". Sin embargo, no se pueden olvidar del Novecientos los grandes ejemplos de la Madre Teresa de Calcuta, el Padre Pío de Pietralcina, del Papa Juan Pablo II, como no se puede omitir el nacimiento y desarrollo de los movimientos eclesiales, las decisiones del Concilio Vaticano II, el valioso testimonio de los mártires. "La Iglesia, en el Novecientos - ha dicho el Card. Sepe -, ha sido como un barco que, empujada por el Espíritu, ha atravesado mares procelosos, alcanzando nuevas tierras e implantado aun en medio de grandes dificultades, la semilla del amor de Cristo."
El Prefecto del Dicasterio Misionero ha recordado después como en el Novecientos se han alcanzado efectivamente “los últimos confines de la tierra", con la gran epopeya misionera que "fundó la Iglesia" en tierra africana y asiática. "La acción del Espíritu Santo, por medio de la cooperación de santos y heroicos misioneros, del clero local, ha producido frutos abundantes en algunos Iglesias quienes aun siendo jóvenes, han demostrado poseer grandes potencialidades y generosa adhesión al Evangelio de Jesucristo". Entre los fenómenos que presenciamos hoy, signo de esperanza para el futuro, el Card. Sepe ha citado la creciente toma de conciencia de la Iglesia de África y Asia de ser misionera de si mismos y también enviar misioneros a otros continentes, el crecimiento del laicado y en particular, de los catequistas para la primera evangelización…
La misión de la Iglesia en el Novecientos no ha sido fácil ni ha carecido de obstáculos, pero la Iglesia continua desarrollando su labor misionera de anunciar a Cristo. Mirando hacia los horizontes del nuevo milenio apenas iniciado, cuenta con la fuerza del mismo Espíritu infundido en Pentecostés "que nos empuja empezar de nuevo hoy, apoyados en la esperanza que no defrauda". (S.L) (Agencia Fides 3/10/2005 Líneas: 41 Palabras: 587)


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