ASIA/TURQUÍA - Grandes medidas de seguridad en Antioquía por la celebración ecuménica en honor de los Santos Pedro y Pablo

miércoles, 5 julio 2017 ecumenismo   santos   oriente medio   iglesias orientales  

p. Domenico Bertogli OFMCap

Antioquía (Agencia Fides) - Este año las medidas de seguridad puestas en marcha con motivo de la celebración de la fiesta de los Santos Pedro y Pablo en Antioquía, en la provincia turca de Hatay, han sido especialmente fuertes. Así lo cuenta el padre capuccino Domenico Bertogli a la Agencia Fides. Este año el centro de la jornada festiva ha sido la “Gruta de Pedro”, una antigua iglesia en el monte Silpio, reabierta a las visitas en 2015 después de una larga restauración.
El padre Bertogli indica que, a las 10 del 29 de junio en la gruta, tuvo lugar la celebración ecuménica presidida por el obispo Kostantin, Higúmeno del monasterio de San Elías en Líbano, representante de Yohanna X, Patriarca de Antioquía de los sirio-ortodoxos; y por el obispo Paolo Bizzeti, vicario apostólico en Anatolia. El padre Bertogli explica que las autoridades de Antakya “proporcionaron sillas, el sistema de sonido y los autobuses para transportar a los fieles”. En la celebración participaron, entre otros, un archimandrita y 5 sacerdotes ortodoxos, 6 sacerdotes católicos y el reverendo coreano Jakub, pastor protestante de Antioquía. En sus intervenciones, introducidas por el padre cappuccino Paolo Raffaele Pugliese, los obispos y sacerdotes se han detenido “en la importancia de esta ciudad” y en el hecho “de vivir unidos en el respeto y el amor”. “Se ha rezado por la paz en turco, árabe y coreano, con un pensamiento especial para Siria, martirizada por una absurda y larga guerra civil”. “Realmente, -añade el hermano capuccino-, “ha sido un llamamiento fuerte a caminar juntos con fe renovada siguiendo el ejemplo de los grandes Apóstoles”.
La antigua iglesia de San Pedro conserva aún la forma con la que la construyeron los cruzados que conquistaron la antigua Antioquía del Orontes en 1098. Los bizantinos la transformaron en una capilla donde se reunían los primeros bautizados en los periodos de persecución, en la ciudad donde, por primera vez, los discípulos de Jesús fueron llamados “cristianos” y de donde fue obispo San Pedro antes de ir a Roma.
Su reciente restauración ha puesto fin al estado de abandono en el que se encontraba, empeorado por intervenciones precedentes. Durante los años pasados, los obispos y patriarcas han acudido en varias ocasiones a las celebraciones que se han llevado a cabo por la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo.
(GV) (Agencia Fides 5/7/2017)


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