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Baku (Agencia Fides) - Por la tarde del domingo 11 de septiembre el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, presidió en Baku la ceremonia de colocación de la primera piedra, que había sido bendecida por el Papa Juan Pablo II y la inauguración de los trabajos de construcción de la nueva iglesia. El solemne acontecimiento, como dijo el Cardenal, recuerda la visita del Papa Juan Pablo II a Azerbaiyán, el 22 de mayo del 2002 y su encuentro con el llorado Presidente Heydar Aliev, que donó al Papa el terreno sobre el que se reconstruirá la iglesia. "En esta circunstancia, toda la Comunidad católica experimenta una profunda gratitud hacia aquellos que, empezando por el difunto Presidente Heydar Aliev, el Presidente actual Ilham Aliev, las Autoridades civiles y gubernativas, el Alcalde de Bakù y sus colaboradores, ha contribuido en diversos modos, para que el gran sueño de los católicos de tener una iglesia pudiera realizarse. El Card. Sepe también ha expresado su agradecimiento a los Jefes religiosos de Azerbaiyán, "por haber apoyado este proyecto. Constituye un signo evidente de particular respeto que este País reserva hacia las otras religiones y promueve en el campo religioso."
Aunque la presencia cristiana en el País es muy antigua, se remonta al siglo primero después de Cristo, la comunidad católica en Azerbaiyán es en la actualidad muy pequeña. "Los tristes hechos del siglo pasado y, luego, de modo particular, la llegada del comunismo, han constituido graves obstáculos para la profesión no sólo de la fe católica, sino de cualquiera expresión religiosa - ha recordado el Card. Sepe -. La persecución, que se abatió sobre todas las confesiones, sembró mucha destrucción, provocó víctimas y mártires, destruyó edificios y lugares sagrados de diversas religiones. Precisamente en aquel período, fue arrasada la última iglesia católica por el régimen comunista y, desde entonces, unos sesenta años, la Comunidad de católicos no ha tenido ningún templo para el culto sagrado". El Prefecto del Dicasterio Misionero ha expresado el deseo de que "el crecimiento del edificio material de esta iglesia se corresponda con el crecimiento espiritual y humano de la comunidad católica en este País. Vivir como auténticas personas de fe significa ante todo, construir el templo viviente de Dios, cuyas piedras vivientes, son los corazones y la vida de los fieles."
Por la tarde del mismo domingo 11 de septiembre, el Card. Sepe bendijo los trabajos para la construcción de la casa para los sin techo en Baku. "En el cristianismo, la caridad hacia las personas necesitadas asume un sentido totalmente particular - dijo el Cardenal -, en cuánto que es la expresión de la fe y el amor auténtico. Fue el mismo Jesucristo quien enseñó a sus discípulos que el mayor mandamiento es 'amar a Dios y al prójimo’. El prójimo, con quien compartir este amor es, en primer lugar, el hombre necesitado, doliente, enfermo, sin hogar y abandonado, sin distinción de raza, etnia o religión."
Fiel a la enseñanza de su Fundador, Jesucristo, la Iglesia católica trabaja por promover numerosas formas de servicio "para aliviar las necesidades del hombre y devolverle su dignidad". La casa por los sin techo de Baku es una obra social con la que la Iglesia católica desea salir al encuentro de las necesidades de cualquiera que tenga necesidad, sin distinción de fe, cultura o lengua. "El centro será confiado a las Religiosas de la Caridad, hijas de la Madre Teresa de Calcuta, conocida en todo el mundo precisamente por su testimonio de acogida y servicio realizado con amor hacia los últimos entre los últimos". El Cardenal agradeció por último a los que, de diversas maneras, han contribuido o contribuirán en la realización de este proyecto y transmitió a todos la bendición del Papa. (S.L) (Agencia Fides 12/9/2005, Líneas: 46 Palabras: 675)
