VATICANO - La catequesis del Papa durante la audiencia general: "Cristo es el principio de cohesión, el mediador, el destino final vierto cuyo converge toda la creación. Él es el Hijo por excelencia en la gran familia de los hijos de Dios, en el que nos inserta el Bautismo"

miércoles, 7 septiembre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Cristo fue engendrado antes de toda criatura, es el primogénito de los que resucitan de los muertos" (Vísperas del miércoles de la III semana; Lectura: cfr Col 1,3.12.15.17-18): este Cántico ha sido el objeto de la catequesis del Santo Padre Benedicto XVI durante la audiencia general de hoy, miércoles 7 de septiembre. El Santo Padre llegó al Vaticano desde la residencia veraniega de Castel Gandolfo para encontrarse con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.
"El corazón del himno está constituido por los versículos 15-20, en los que aparece de manera directa y solemne Cristo, definido como «imagen» del «Dios invisible»" ha explicado el Santo Padre. En sus Cartas el apóstol Pablo usa más veces el término "icono", "aplicándolo tanto a Cristo, icono perfecto de Dios como al hombre, imagen y gloria de Dios. Sin embargo, éste, con el pecado, «cambió la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible» (Rom1,23), optando por adorar a los ídolos y convirtiéndose semejante a ellos". El Papa ha exhortado después: "Tenemos que modelar continuamente nuestra imagen sobre la del Hijo de Dios pues «Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas», «nos ha trasladado al reino de su Hijo querido»”.
Cristo es anterior a toda la creación, siendo engendrado desde la eternidad, y para el apóstol, "es tanto el principio de cohesión («todo se mantiene en Él»), el mediador («por medio de Él»), como el destino final hacia el que converge todo lo creado. Él es «el primogénito entre muchos hermanos» es decir, es el Hijo por excelencia en la gran familia de los hijos de Dios, de la que se pasa a formar parte por el Bautismo".
El Cántico pasa después al mundo de la historia: "Cristo es "la cabeza del cuerpo, es decir de la Iglesia" y lo es por su Encarnación. Él, en efecto, ha entrado en la comunidad humana, para regirla y unirla en un «cuerpo», es decir, una unidad armoniosa y fecunda. La convivencia y el crecimiento de la humanidad tienen su raíz, su fulcro vital, «el principio», en Cristo. Precisamente con esta primacía Cristo puede convertirse en el principio de la resurrección de todos, el «primogénito de entre los muertos», para que «todos tengan vida en Cristo".
En la conclusión el himno celebra la "plenitud" que Cristo recibe de si como don de amor del Padre. "Es la plenitud de la divinidad que se irradia tanto en el universo como en la humanidad, convirtiéndose en fuente de paz, de unidad, de armonía perfecta". Por la sangre derramada de Cristo sobre la cruz hemos sido justificados y santificados: " Al derramar su sangre y entregarse a sí mismo, Cristo ha difundido la paz que, en el lenguaje bíblico, es síntesis de los bienes mesiánicos y plenitud salvífica extendida a toda la realidad creada. El himno concluye, por tanto, con un horizonte luminoso de reconciliación, de unidad, de armonía y paz, sobre el que se levanta solemnemente la figura de su artífice, Cristo, «Hijo querido» del Padre". (S.L) (Agencia Fides 7/9/2005, Líneas: 38 Palabras: 562)


Compartir: