ASIA/NEPAL - Tregua de la guerrilla en Nepal, mientras el país busca la paz. La Iglesia recuerda el problema de los prófugos

lunes, 5 septiembre 2005

Katmandú (Agencia Fides) - La tregua de tres meses anunciada por la guerrilla en Nepal es una bocanada de oxígeno para el país, pero los problemas fundamentales de la violencia y los prófugos continúan sin resolverse, dicen fuentes de la Iglesia local.
El 3 de septiembre, los rebeldes activos en Nepal anunciaron una tregua de tres meses, según refiere un comunicado: durante este período los guerrilleros "continuarán en posiciones defensivas” y "no lanzarán ninguna ofensiva unilateral". El anuncio ha llegado después de un reciente encuentro entre los siete principales partidos demócratas de la oposición y los dirigentes de la guerrilla, en la que se lanzaba la hipótesis de una unión entre la oposición y los rebeldes, contra el rey Gyanendra, acusado de adoptar métodos antidemocráticos, autoritarios y represivos.
"Nepal es tragado por los conflictos, que han producido unos dos millones de evacuados. Además el problema de los desplazados interiores y de los prófugos procedentes del Bhután representa una ulterior amenaza para la paz y la armonía en Nepal", ha explicado el p. Varkey Perekatt SJ, Director del Jesuit Refugees Service en Nepal, trazando un cuadro de la situación en el país.
La insurrección maoísta, que dura desde hace nueve años y ha provocado más de 13.000 víctimas, ha golpeado más duramente el país en los últimos 12 meses, y la situación se ha agravado por la incapacidad de los principales partidos políticos de encontrar un acuerdo para salir de la crisis actual. Según el p. Varkey la población nepalesa está insatisfecha de sus propios gobernadores y esto alimenta la actual crisis dando fuerza a las reivindicaciones de los guerrilleros.
Además, en el área oriental del país, hay desde hace más de 15 años prófugos bhutaneses, que huyeron de su patria por motivos políticos. Pero "ni el gobierno bhutanés ni el nepalés quieren comprometerse a aceptar a los prófugos", añade el p. Varkey.
Mientras en el valle de Katmandú la situación es bastante tranquila, en el resto del país la tensión continua siendo alta, a pesar de la tregua anunciada. El país atraviesa una fase muy delicada y la población está sufriendo por la guerra civil, que afecta en particular a los distritos de Udayapur (Nepal oriental), Rukum (Nepal occidental), fortalezas de los guerrilleros.
En los meses pasados diversas organizaciones internacionales denunciaron el peligro de la degeneración del respeto de los derechos humanos en Nepal. La Comisión ONU para los Derechos Humanos expresó su deseo de enviar una misión a Nepal para verificar el grado de respeto de los niveles universales de los derechos humanos en el país, considerados en esta fase histórica muy lejos de un nivel aceptable.
En este contexto, la comunidad católica (7.500 almas en Nepal) intenta continuar haciendo todo lo posible: se han abierto algunas escuelas católicas en los distritos periféricos, mientras que otras se han tenido que cerrar a causa de los combates para proteger a los niños. (PA) (Agencia Fides 5/9/2005 Líneas: 37 Palabras: 504)


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