VATICANO - "Una sociedad sólida nace del compromiso de todos sus miembros, pero necesita la bendición y el apoyo de ese Dios que, por desgracia, con frecuencia es excluido o ignorado": catequesis del Papa durante la audiencia general

miércoles, 31 agosto 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Salmo 126, "El esfuerzo humano es inútil sin el Señor" (Vísperas del miércoles de la III semana) ha sido el argumento de la catequesis que el Santo Padre Benedicto XVI ha tenido esta mañana durante la audiencia general en la plaza de San Pedro. El Salmo presenta una escena en movimiento, ha explicado el Papa, con una casa en construcción, la ciudad con los guardias, la vida de las familias, el trabajo cotidiano. "Pero sobre todo se encuentra una presencia decisiva, la del Señor sobre las obras del hombre… Una sociedad sólida nace, ciertamente, del compromiso de todos sus miembros, pero necesita la bendición y del apoyo de ese Dios que, por desgracia, con frecuencia está excluido o ignorado".
"Este Salmo sapiencial - ha continuado el Papa -, fruto de la meditación sobre la realidad de la vida de cada día, se construye sustancialmente basándose en un contraste: sin el Señor, en vano se trata de construir una casa estable, de edificar una ciudad segura, de hacer fructificar la propia fatiga. Con el Dios, por el contrario, se tiene prosperidad y fecundidad, una familia llena de hijos y serena, una ciudad bien provista y defendida, libre de pesadillas e inseguridades."
El hombre sale por la mañana para empeñarse en el trabajo para el sustento de la familia y el servicio del desarrollo de la sociedad, durante todo el día. "El Salmista no duda en afirmar que todo este trabajo es inútil, si Dios no está al lado de quien se esfuerza. Y afirma que, por el contrario, Dios premia incluso el sueño de sus amigos. El salmista quiere exaltar de este modo la primacía de la gracia divina, que da consistencia y valor a la acción humana, aún cuando esté marcada por las limitaciones y la caducidad".
En la otra escena propuesta por el Salmo 126, el Señor ofrece el don de los hijos, "vistos como una bendición y una gracia, signo de la vida que continua y de la historia de la salvación orientada hacia nuevas etapas". La imagen, tomada de la cultura del tiempo, quiere celebrar "la seguridad, la estabilidad, la fuerza de una familia numerosa". El Papa ha subrayado después que la procreación es por tanto "un don portador de vida y de bienestar para la sociedad. Somos conscientes de ello en nuestros días, ante algunas naciones, en las que el descenso demográfico despoja de la frescura, de la energía, del futuro encarnado en los hijos". (S.L) (Agencia Fides 31/8/2005, Líneas: 30 Palabras: 454)


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