AMERICA/URUGUAY - “Los tiempos de crisis deben ser tiempos solidarios”: documento de los Obispos del Uruguay pidiendo ser promotores de solidaridad para asegurar una celebración auténtica y coherente de la Eucaristía

jueves, 28 julio 2005

Montevideo (Agencia Fides) - En este Año de la Eucaristía celebremos y vivamos la Eucaristía, como un camino de solidaridad, porque “la situación que vive nuestro pueblo nos hace más urgente aún vivir con mayor intensidad la solidaridad”. Es la exhortación de la Conferencia Episcopal Uruguaya contenida en el reciente documento titulado “Eucaristía camino de solidaridad - Participar en comunión, desde nuestra identidad eclesial - Criterios de discernimiento y líneas de acción” en el que exhortan a las comunidades eclesiales. El documento está estructurado en tres partes: una primera parte de introducción; la segunda parte, en la que tomando varios textos de la Encíclica de Juan Pablo II “Evangelium Vitae” ofrece ocasión a los Obispos para indicar los diversos campos en los que debe actuar la Iglesia (identidad, vida, salud, participación social y compromiso político, familia, educación, trabajo, vivienda y emigración), y la tercera en la que señalan algunas líneas de acción concretas.
“En la Eucaristía aprendemos, vivimos y celebramos la solidaridad” se lee en el documento. Recuerdan los Obispos que el Santo Padre Juan Pablo II, al convocar el Año de la Eucaristía nos invitaba a “ser promotores de solidaridad para asegurar nuestra celebración auténtica y coherente” y “a hacer de este Año de la Eucaristía un tiempo en que las comunidades diocesanas y parroquiales se comprometan especialmente a afrontar con generosidad fraterna alguna de las múltiples pobrezas de nuestro mundo”. La solidaridad viene definida por Juan Pablo II como “el servicio de la caridad” por encima de la mera filantropía. Proponen los Obispos a este respecto, entre otras cosas: preferir proyectos e iniciativas concretas, estables e inspiradas en el Evangelio; iniciar nuevos caminos allí donde más urgentes son las necesidades y mas escaso el apoyo. Sobre el tema de la vida recuerdan que la vida humana es sagrada e inviolable en todas sus fases y por tanto, “se trata de “ hacerse cargo » de toda la vida y de la vida de todos”. Algunas de las propuestas son: promover formas discretas y eficaces de acompañamiento de la vida naciente; atención a la vida que se encuentra en la marginación o en el sufrimiento.
En cuanto a la salud proponen: ofrecer a los ancianos y enfermos terminales una asistencia verdaderamente humana y cuidados adecuados a sus exigencias; revisar la función de los hospitales, de las clínicas y de las casas de salud y recuerdan que “el respeto absoluto de toda vida humana inocente exige también ejercer la objeción de conciencia ante el aborto procurado y la eutanasia”. La solidaridad también incluye la participación en la sociedad y política como puede ser promoviendo la participación ciudadana a través de organizaciones comunitarias, redes de ONG y en las municipalidades y las Instituciones de gobierno.
Otro punto que se trata en el documento es el de la familia, campo en el que según los Obispos uruguayos no existe en la nación políticas publicas pensadas en función de las familias. Por ello, piden entre otras cosas: promover iniciativas sociales y legislativas capaces de garantizar condiciones de auténtica libertad en la decisión sobre la paternidad y la maternidad; constituir consultorios matrimoniales y familiares; atender pastoralmente a los emigrantes y a sus familias cuando quedan divididas. En cuanto a la educación piden los Obispos: una educación integral; mantener el principio de que en una sociedad verdaderamente democrática los padres y educadores tengan el derecho real de educar a sus hijos conforme a sus convicciones filosóficas y religiosas (Art. 68 de la Constitución). En el campo del trabajo, vivienda y emigración realizan también varias propuestas afirmando que son problemas que repercuten en la estabilidad de las familias y por tanto, de la sociedad.
“Los tiempos de crisis han de ser tiempos de solidaridad”- afirman los Obispos. Por ello realizan un llamamiento a preparar con fe y responsabilidad un futuro mejor para los jóvenes y niños y a dar el testimonio de una vida austera y solidaria, construyendo juntos el Reino de Dios. (RG) (Agencia Fides 28/7/2005 Líneas: 49 Palabras: 684)


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