ASIA/PAKISTAN - SE CONFIRMAN LOS SIGNOS DEL DIÁLOGO ENTRE LAS RELIGIONES PERO NO EN PUNJAB, DONDE SE ABRE CAMINO EL FUNDAMENTALISMO ISLÁMICO: SE NIEGA EL ALIMENTO Y TRABAJO A LA COMUNIDAD CRISTIANA, PREOCUPACIÓN EN TODO EL PAÍS

viernes, 1 agosto 2003

Lahore (Agencia Fides) – Mientras en el mundo se multiplican las señales de convivencia pacífica entre las religiones y se refuerzan las relaciones entre el Cristianismo y el Islam en la línea de la paz y del dialogo, en algunas zonas de Pakistán grupos de provocadores fundamentalistas islámicos siembran la alarma en la comunidad cristiana. En la pequeña ciudad de Kasur, diócesis de Lahore, en el Estado de Punjab en la frontera con la India, se multiplican los episodios de violencia realizados por grupos extremistas islámicos en contra de la comunidad cristiana que reside en el distrito, “ciudadanos tranquilos y pacíficos que viven su fe en el amor y en la solidaridad hacia el prójimo y en el respecto de los fieles de otras confesiones” dice en un coloquio con la Agencia Fides el P. Inayat Bernard, sacerdote de la Archidiócesis de Lahore.
La fracción fundamentalista responsable de estos episodios depende de Ahmed Ali Tolu, líder islámico que ha pedido públicamente a todos los ciudadanos musulmanes de la ciudad que marginen a los cristianos, negándoles el trabajo en los campos, no vendiéndoles ni siquiera los productos alimentarios necesarios para sobrevivir. Después de algunos días en que la población ha seguido estas indicaciones, la situación se ha hecho preocupante: la falta de alimento y de trabajo está creando tensiones generalizadas que los observadores temen explote en enfrentamientos entre la comunidad cristiana y la musulmana.
“Eventuales episodios de violencia entre los cristianos y musulmanes podrían generar una reacción en cadena en todo el país y dañar gravemente la imagen nacional de Pakistán. Las autoridades civiles deberían intervenir como medida preventiva para disminuir las tensiones y devolver la normalidad a la vida social. Si se deja que la situación se agrave, pronto se podría llegar a un enfrentamiento directo” afirma a la Agencia Fides el P. Inayat Benrard seriamente preocupado.
La última agresión tuvo lugar el 21 de julio contra Ahmed Din: algunos extremistas irrumpieron en su casa prendiendo fuego. Entre otros episodios a finales de junio fue atracada la familia de Salamat Mish, cristiano de Kasur: algunos hombres se introdujeron en su casa mientras el estaba fuera, aterrorizando a sus tres hijos y saqueando la casa.
En el Estado de Punjab, en Renala Khurd, distrito de Okara, en la diócesis de Faisalabad, fue asesinado el 5 de julio el P. George Ibrahim. Después de aquel episodio un grupo de parlamentarios cristianos y musulmanes prometieron llevar el caso del P. George a la atención de la Asamblea nacional del Estado de Punjab. Con ocasión del funeral del sacerdote algunas organizaciones para la protección de minorías, como el Christian Liberation Front, lanzaron la alarma sobre la persecución de la comunidad cristiana anunciando una campaña de sensibilización sobre la defensa de los derechos de las minorías y la libertad religiosa. El 6 de julio en la homilía de las exequias de Mons. Andrew Francis, Obispo de Multan, dijo: “nosotros cristianos somos personas de paz. La gente nos conoce y nos respeta como tales. Pedimos a las autoridades civiles que bloqueen el fundamentalismo que nos amenaza. Continuaremos en nuestra misión: hacer la voluntad de Dios y testimoniar el Evangelio”.
En Pakistán de 156 millones de personas los cristianos constituyen el 2,5% de la población frente al 96% de musulmanes. La comunidad católica cuenta con cerca de 1.200.000 fieles.
(PA) (Agencia Fides 1/8/2003 Líneas: 46 palabras: 587)


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