VATICANO - El Papa en el Ángelus recuerda la fiesta de San Benito y el atentado de Londres: “Rezamos por las personas asesinadas, por los heridos y sus seres queridos. Pero rezamos también por los autores del atentado. Dios ama la vida, que ha creado, no la muerte. ¡Deteneos, en nombre de Dios!

lunes, 11 julio 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El discurso de Benedicto XVI en el Ángelus del domingo 10 de julio, ha estado dedicado a San Benito, Patrono de Europa cuya fiesta se celebra el 11 de julio, y la oración por las victimas del atentado de Londres. Recordando la vida de San Benito de Nursia, el Papa ha puesto de relieve que después de los estudios enRoma, decepcionado por la vida de la ciudad, se retiró a Subiaco, donde permaneció durante unos tres años en una cueva dedicándose totalmente a Dios. Aquí junto a sus primeros discípulos, “construyó unos monasterios, dando vida a una comunidad fraterna fundada en la primacía del amor de Cristo, en la que la oración y el trabajo se alternan armoniosamente en alabanza de Dios”. En Montecassino, Benito dio plena forma a este proyecto, y lo puso por escrito en la Regla. “Entre las cenizas del Imperio Romano, Benito, buscando antes que nada el Reino de Dios, sembró, quizá sin ni siquiera darse cuenta, la semilla de una nueva civilización, que se desarrollaría, integrando los valores cristianos con la herencia clásica, por una parte, y de las culturas germánica y eslava por otra”.
El aspecto típico de la espiritualidad de Benito, que ha destacado el Santo Padre se refiere al hecho de que “no fundó una institución monástica orientada principalmente a la evangelización de los pueblos bárbaros, como los demás grandes monjes misioneros de la época, sino que indicó a sus seguidores como objetivo fundamental de la existencia, es más, el único, la búsqueda de Dios. El sabía que cuando el creyente entra en relación profunda con Dios no puede contentarse con vivir de manera mediocre, con una ética minimalista y una religión superficial”. Desde esta perspectiva, se entiende mejor la expresión que Benito sintetizó en su Regla como programa de vida de los monjes: “No anteponer nada al amor de Cristo”. “En esto consiste la santidad - concluye el Papa - propuesta válida para cada cristiano, que se ha convertido en una auténtica urgencia pastoral en nuestra época, en la que se experimenta la necesidad de anclar la vida y la historia en sólidas referencias espirituales”.
Después de la oración mariana, Benedicto XVI invitó a la oración por las víctimas del atentado en Londres con estas palabras: “Experimentamos todos profundo dolor por los atroces atentados terroristas de Londres del jueves pasado. Rezamos por las personas asesinadas, por los heridos y sus seres queridos. Pero rezamos también por los autores del atentado: que el Señor toque sus corazones. A cuantos fomentan sentimientos de odio y a quienes llevan a cabo acciones terroristas tan repugnantes, les digo: Dios ama la vida, que ha creado, no la muerte. ¡Deteneos, en nombre de Dios!” Por último, el Santo Padre ha saludado a los peregrinos en diversas lenguas y ha anunciado que pasará un breve periodo de reposo en el Valle de Aosta, en la casa que tantas veces acogió al Papa Juan Pablo II. (SL) (Agencia Fides 11/7/2005 Líneas: 37 Palabras: 544)


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