AFRICA/KENIA - “No le echéis la culpa de la pobreza africana sólo al occidente”, dice Padre Eugenio Ferrari, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias de Kenia, en un informe para Fides sobre el G8, terrorismo y pobreza.

sábado, 9 julio 2005

Nairobi (Agencia Fides) - “Aun la simple amenaza de atentados perjudica a la economía de un país pobre como Kenia. El terrorismo, al final, ataca siempre a la gente pobre, aun cuando no asesina directamente”, dice a la Agencia Fides Padre Eugenio Ferrari, misionero de la Consolada y Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias de Kenia, comentando la alarma sobre posibles atentados en Kenia difundida por órganos de prensa europea, inmediatamente después de los atentados de Londres. Los tres mayores periódicos de Kenia no dan, sin embargo, noticia alguna sobre una alarma de eventuales atentados”, afirma el misionero. “Las fuerzas de policía han reforzado, seguramente, las medidas de control en los lugares considerados a riesgo, como los aeropuertos, inmediatamente después de las explosiones de Londres, que han suscitado gran conmoción aquí también”. Kenia había ya sido atacado por el terrorismo internacional en pasado: en 1988 una auto bomba había semidestruido la embajada estadounidense en Nairobi, provocando más de 200 víctimas, y en el 2002 los terroristas atacaron un hotel en Mombasa, provocando 15 muertos, e intentaron abatir un avión de línea israelita con dos mísiles antiaéreos.
El Padre Ferrari se declara satisfecho del hecho que los atentados de Londres no hayan impedido a los miembros del G8 sancionar medidas de apoyo para África, puesto que el terrorismo se combate también reduciendo la pobreza mundial”.
“De todas formas no estoy de acuerdo con echar la culpa de la pobreza africana sólo al occidente, como siguen haciendo ingenuamente muchas personas, especialmente en Europa”, afirma el misionero. “Hace más de 40 años que los países africanos son independientes. ¿Es posible que el liderazgo político africano no haya sido capaz de dar pasos concretos a favor de sus propios pueblos, sobre todo de los más pobres?, pregunta el misionero. “Resolver el problema de la corrupción en África es condición indispensable para que las ayudas occidentales se destinen de verdad para financiar verdaderos proyectos de desarrollo. Dentro de nuestras posibilidades, los misioneros podemos decir, en conciencia, que los recursos que recibimos van de verdad en favor de los más pobres”.
Así pues, los recursos económicos por sí solos no bastan; es preciso que en África y en Oriente Medio haya una democracia real, naturalmente adaptada a las culturas locales, según un proceso que podríamos definir “enculturación” de la democracia”, concluye el misionero. (L.M.) (Agencia Fides 9/07/05)


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