AMÉRICA/PERÚ - “Nos preocupa sobre todo que este ataque a la familia haya tenido lugar precisamente en la España católica. Es triste y preocupante que el Gobierno no haya valorado las consecuencias para el pueblo español y para las demás naciones, especialmente para América Latina”, afirma el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.

sábado, 2 julio 2005

Lima (Agencia Fides) - Su Excelencia Monseñor Hugo Garaycoa Hawkins, Obispo de Tacna-Moquegua y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), en una declaración concedida a la Agencia Fides, ha afirmado que: “la aprobación de la ley que legaliza las uniones entre homosexuales en España es una decisión que constituye una amenaza grave para la institución familiar y para el futuro del mundo”. Equiparar las uniones entre homosexuales con el matrimonio entre un hombre y una mujer es algo que va contra la naturaleza. De hecho, “Dios, para la constitución de una familia nacida del matrimonio, ha concedido a hombres y mujeres aquellas características sexuales que les hacen complementarios e idóneos a la procreación de la prole”.
Pese a que todos estén de acuerdo con que los homosexuales tienen sus derechos y, así pues, si desean dar estabilidad a su unión y regularizar su situación patrimonial es necesaria una ley que proteja su convivencia, esa ley debería llamarse “contrato”, como se hace ya en Francia, “pero no podemos aceptar que pretendan llamarla “matrimonio”, subraya el Obispo, puesto que el matrimonio es un sacramento que se celebra entre un hombre y una mujer”.
Monseñor Hugo Garaycoa Hawkins prosigue diciendo: “nos preocupa sobremanera que este ataque a la familia haya tenido lugar precisamente en la España católica. Es triste y preocupante que el Gobierno se haya dejado llevar por el popularismo sin valorar las consecuencias funestas que una semejante ley podrá tener no sólo para el pueblo español sino también para las demás naciones, sobre todo para las de América Latina, sobre las que España tiene una innegable influencia dado que, además, es precisamente de España de la que América Latina ha recibido su fe católica”.
El Presidente de la CEP espera que “el Rey de España, Juan Carlos, no suscriba la infausta ley, habida cuenta de que los católicos de España se esperan de él que cumpla un gesto como el del Rey Balduino de Bélgica, que en 1990 se negó a suscribir la ley en favor del aborto”.
(R.Z.) (Agencia Fides 2/07/05)


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