VATICANO - "La fiesta de los santos Apóstoles Pedro y Pablo es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y una solemne confesión en favor de la Iglesia una, santa, católica y apostólica": Benedicto XVI preside la solemne Celebración Eucarística con la imposición del Palio

jueves, 30 junio 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La Iglesia "una, santa, católica y apostólica" ha sido el tema de la homilía que el Santo Padre Benedicto XVI ha pronunciado durante la solemne Celebración Eucarística del miércoles 29 de junio, Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. En el curso de la celebración en la Basílica Vaticana, el Papa ha bendecido e impuesto el Palio - tomado de la Confesión de San Pietro - al Decano del Colegio Cardenalicio, Card. Angelo Sodano, y a 32 Arzobispos Metropolitas, procedentes de diversas partes del mundo (12 americanos, 10 europeo, 5 asiático, 4 africanos, 1 de Oceanía). El Arzobispo de Ljubljana (Eslovenia) recibirá el Palio en su sede metropolitana. Como es usual en la Santa misa estuvo presente una Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, conducida por S.E Ioannis (Zizioulas), Arzobispo de Pergamo y compuesta también de S.E Gennadios (Limouris), Arzobispo de Sassima y del Rev. Archimandrita Bartolomeo, Vice Secretario del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico.
"Nuestra asamblea litúrgica, en la que se han reunido Obispos procedentes de todas partes del mundo, personas de múltiples culturas y naciones, son una imagen de la familia de la Iglesia distribuida por toda la tierra. Extranjeros se han convertido en amigos; por encima de cualquier frontera, nos reconocemos hermanos" ha dicho el Papa en la homilía. "Catolicidad no expresa sólo una dimensión horizontal, el encuentro de muchas personas en la unidad; también expresa una dimensión vertical: sólo dirigiéndolo la mirada a Dios, sólo abriéndonos a Él podremos ser realmente una sola cosa ". Pedro y Pablo vinieron a Roma " la ciudad que era el lugar de convergencia de todos los pueblos y que precisamente por esto, pudo convertirse antes que nada en expresión de la universalidad del Evangelio", cuando el Señor ya había resucitado y esta victoria de Dios debía ser anunciada a todos los pueblos.
El Papa se detuvo después sobre la Catolicidad que significa universalidad, "multiplicidad que se convierte en unidad; unidad que continua siendo, sin embargo, multiplicidad", y ha citado a este propósito a San Ireneo de Lión, que afirmó: "La unidad de los hombres en su multiplicidad se ha hecho posible porque Dios, este único Dios del cielo y la tierra, se ha mostrado a nosotros… y en Jesucristo nos ha hecho ver su rostro, El mismo. Esta verdad sobre la esencia de nuestro ser, sobre el nuestro vivir y sobre nuestro morir, verdad que en Dios se ha hecho visible, nos une y nos hace convertirnos en hermanos. Catolicidad y unidad van juntos. Y la unidad tiene un contenido: la fe que los Apóstoles nos han transmitido de Cristo."
Benedicto XVI ha expresado después su satisfacción porque en la fiesta de san Ireneo y en la víspera de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo ha entregado a la Iglesia "una nueva guía para la transmisión de la fe, que nos ayuda a conocer mejor y por tanto, a vivir mejor la fe que nos une: el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica". Este texto presenta los contenidos esenciales del Catecismo de la Iglesia Católica en forma de coloquio. "No se puede leer este libro como se lee una novela. Hay que meditarlo con calma en cada una de sus partes y permitir que su contenido, a través de las imágenes, penetras en el alma" ha recomendado al Papa.
Que la catolicidad y la unidad de la Iglesia se hagan visibles en las figuras de los santos Apóstoles, la Iglesia es apostólica "porque confiesa la fe de los Apóstoles y trata de vivirla". Existe una unicidad que caracteriza a los Doce llamados por el Señor, pero existe al mismo tiempo una continuidad en la misión apostólica" ha subrayado el Papa, citando a San Pedro, que en su primera carta se califica como "co-presbitero" con los presbiterios a los que escribe (5,1): "Y con eso ha expresado el principio de la sucesión apostólica: el mismo ministerio que él había recibido del Señor continua en la Iglesia gracias a la ordenación sacerdotal."
Dirigiendo después a los Arzobispos presentes en Roma para recibir el palio, el Papa ha recordado que "es expresión de nuestra misión apostólica. Es expresión de nuestra comunión, que en el ministerio petrino tiene su garantía visible. Con la unidad, así como con el apostolicidad, está unido al servicio petrino, que reúne visiblemente a la Iglesia de todas las partes y de todos los tiempos, defendiendo de este modo a cada de nosotros de caer en falsas autonomías, que se transforman muy fácilmente en particularizaciones internas de la Iglesia y pueden comprometer así su independencia interior."
A este punto el Santo Padre ha saludado con cariño a la delegación de la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, enviada por el Patriarca ecuménico Bartolomé I. "En esta hora del mundo lleno de escepticismo y dudas, pero también rica en deseo de Dios, reconocemos de nuevo nuestra misión común de testimoniar juntos a Cristo Señor y, en base a esa unidad que ya se nos ha dado, de ayudar al mundo para que crea."
En la última parte de la homilía el Papa se ha detenido sobre la confesión de san Pedro con la que comenzó la Iglesia ("Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" Mt 16,16) y sobre la realidad de la Iglesia santa: "La Iglesia no es santa por sí misma; está formada en efecto de pecadores - ha dicho Benedicto XVI -. Más bien esta es siempre santificada de nuevo por el amor purificador de Cristo. Dios no sólo ha hablado: nos ha amado muy concretamente, amado hasta la muerte de su propio Hijo. Es precisamente aquí donde se nos muestra toda la grandeza de la revelación que ha inscrito las heridas en el corazón del mismo Dios”. (S.L) (Agencia Fides 30/6/2005, Líneas: 67 Palabras: 1006)


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