EUROPA/ITALIA - “¿Cómo valorar la maravillosa alianza que se ha creado con un nuevo mundo laico abierto al horizonte cristiano?” Una reflexión de Antonio Socci, escritor católico

sábado, 18 junio 2005

Roma (Agencia Fides) - Ha llegado a la Agencia Fides una reflexión de Antonio Socci después del Referéndum de la pasada semana, que proponemos con gusto a la atención de nuestros lectores.
Hechos que hacen época como el resultado del referendo del 12 de junio generalmente tienen grandes consecuencias, no sólo sobre la legislación, sino también sobre el sentido común, sobre la cultura y sobre las costumbres. Un poco como se acostumbra a decir que una ley no produce solamente normas, sino también mentalidad. Basta pensar en la ley 194 sobre el aborto o la del divorcio y en los dos respectivos referendos. Los adversarios de la Iglesia lo saben bien y de hecho siempre han actuado de modo que estos referendos emanaran todo su efecto detonante sobre la sociedad más que sobre las leyes.
En efecto, después del ciclón del 12 de junio, inmediatamente el frente laicista - si bien traumatizado - se reúne (la asamblea de los Mil convocada por los radicales en estos días) y trata de reflexionar para organizar un desquite o al menos para limitar los daños (desde su punto de vista) para contener las consecuencias que podrían ser irresistibles. Igualmente los periódicos - en su casi totalidad alineados con los radicales - están tratando de minimizar el alcance del acontecimiento o al menos de evitar toda revisión autocrítica. En sustancia tratan de neutralizar el resultado del referendo.
¿Y nosotros los católicos? ¿Y nosotros que hemos vencido sabiendo expresar el sentimiento de la inmensa mayoría de los italianos? Ha sido ciertamente necesario aplacar los ánimos inmediatamente después, evitar triunfalismos tontos. Pero el resultado del referendo nos impone una responsabilidad excepcional, prefigura una tarea. ¿Cómo dar continuación a este resultado? ¿Cómo valorarlo? ¿Cómo reforzarlo y construir sobre él, un nuevo sentido común, una nueva cultura, valorando también la maravillosa alianza que se ha creado con un nuevo mundo laico abierto al horizonte cristiano?
Las dimensiones del triunfo nos han sorprendido a nosotros los primeros y se nota, en nuestra frente, casi como miedo, como cierta desorientación. De Italia además ha partido un signo de un cambio cultural que habla a toda Europa y que en los próximos días podría encontrar eco en España y poco a poco, extenderse a los otros países de la vieja cristiandad. Tenemos pues una responsabilidad aún más, una tarea inmensa, que podemos considerar en el fondo la gran herencia del pontificado de Juan Pablo II.
Hay hipótesis y reflexiones que están empezando a nacer aquí y allá, aisladamente. Pero habría que tomar una iniciativa y no permitir que las arenas movedizas se ciernan sobre un acontecimiento tan extraordinario. Se necesitaría al menos iniciar una reflexión común y, lo antes posible, una iniciativa. ¿Como? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con quién? (Antonio Socci) (Agencia Fides 18/6/2005, Líneas: 36 Palabras: 481)


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