VATICANO - El Papa comenta en la audiencia general el Salmo 110: "La oración es contemplación del misterio de Dios y de las maravillas que Él realiza en la historia de la salvación"

miércoles, 8 junio 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el Salmo 110, himno de alabanza y acción de gracias, se encuentran tantos términos "que definen a Dios en sus atributos y en su obra de salvación… La oración es, por lo tanto, contemplación del misterio de Dios y de las maravillas que El realiza en la historia de la salvación."
Durante la audiencia general de esta mañana, que se ha desarrollado en la plaza de San Pedro, el Santo Padre Benedicto XVI ha comentado el Salmo 110, “Grandes son las obras del Señor”, Segundas Vísperas del domingo de la III Semana (Lectura: Sal 110,1-2.4-5.10).
El Salmo se abre con el agradecimiento "que sale no sólo del corazón del orante, sino también de toda la asamblea litúrgica" por las intervenciones salvadoras del Señor, que es siempre fiel a la alianza con su pueblo. "Esta unión de amor incluye el don fundamental de la comida y por lo tanto de la vida que, en la relectura cristiana, se identificará con la Eucaristía" ha explicado el Papa. Está luego el don de la tierra, que alude al gran acontecimiento del éxodo, cuando el Señor se revela como el Señor de la liberación. "La síntesis del cuerpo central de este canto es, se debe pues buscar en el tema del pacto especial entre el Señor y su pueblo, como declara de modo lapidario el v. 9: "Estableció para siempre su alianza”.
Al final del Salmo encontramos "la contemplación del rostro divino, de la persona del Señor, expresa por su nombre santo y trascendente". "El Salmista invita a todos los fieles a cultivar el 'temor del Señor', principio de la verdadera sabiduría. Bajo este término no se esconde el miedo o el terror sino el respeto serio y sincero, la adhesión auténtica y laboriosa al Señor libertador. Y, si la primera palabra del canto era la del agradecimiento, lo última es la de la alabanza: así como la justicia salvadora del Señor 'dura por siempre', así la gratitud del orante no conoce fin, resuena en la oración 'sin fin'. (S.L) (Agencia Fides 8/6/2005, Líneas: 26 Palabras: 375)


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