ASIA/PAKISTAN - Tensión y desórdenes en Karachi: los líderes cristianos piden al gobierno mayor seguridad e iniciativas para la armonía social e interreligiosa

martes, 31 mayo 2005

Lahore (Agencia Fides) - Existe tensión en el Sur del Pakistán, en la ciudad portuaria de Karachi, dónde violentos desórdenes han seguidos al atentado suicida que ayer, 30 de mayo, devastó la mezquita chiíta de Mandinatul Ilm, del barrio de Gulshan-y-Iqbal de la ciudad paquistaní. Después del estallido, en una reacción incontrolada e inmotivada, grupos de extremistas quemaron el restaurante de la cadena de fast food americano "Kentucky Fried Chicken" en los alrededores de la mezquita: en el incendio murieron seis personas quemadas y en el atentado las víctimas fueron cinco, incluidos las dos personas que cometieron el atentado. Los heridos fueron al menos 18. En el pasado los fast food americanos fueron punto de mira de grupos de extremistas islámicos por ser símbolo de Estados Unidos, para protestar contra la alianza del presidente pakistaní Pervez Musharraf con George Bush.
El atentado ha sido interpretado por los inquisidores relacionado con las divisiones y odios internos en el Islam pakistaní, entre la comunidad sunita y la chiíta. Los observadores han subrayado que en el momento del estallido había en la mezquita una muchedumbre de unos 10.000 fieles, entre sunitas y chiítas.
La situación también ha creado cierta preocupación en la comunidad cristiana en Pakistán: los líderes cristianos de la nación han pedido al gobierno que adopte medidas más fuertes para proteger a todos los ciudadanos, de cualquiera religión. En un coloquio con Fides, el líder católico Waseem Anthony, director de la organización independiente "Comisión para la Paz y el Desarrollo" ha condenado el atentado pidiendo al gobierno no sólo que aumente las medidas de seguridad, sino que también "implemente en la sociedad pakistaní programas e iniciativas por promover la armonía social e interreligiosa."
El Dr. Mehboob Sada, director del Centro de Estudios Cristianos en Rawalpindi ha dicho a Fides que los atentados han hecho en todo caso resurgir un cierto resentimiento anti-norteamericano que se localiza en los grupos musulmanes de Pakistán: sólo así se puede explicar el ataque al fast food. Algunos grupos islámicos pakistaníes a nivel social y político piden que los musulmanes se "unan" contra América.
El presidente Musharraf, interviniendo públicamente, ha dicho: "Somos un país islámico moderado. Por ello, apelo a todos los pakistaníes para que permanezcan unidos y luchen contra el extremismo", invitando a los ciudadanos a señalar y denunciar a cuántos incitan al odio social y religioso, dentro o fuera de las mezquitas. (AM-PA) (Agencia Fides 31/05/2005 Líneas: 33 Palabras: 420)


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