AFRICA/ZIMBABWE - Mientras Zimbabwe se hunde en el hambre, el gobierno invierte en altas tecnologías para cerrar las fronteras de las comunicaciones. La oposición pide solidaridad y denuncia violencias y vejaciones contra los pobres. La crisis alimentaria afectará cada vez más a las naciones cercanas

lunes, 30 mayo 2005

Harare (Agencia Fides) - "Haced una guerra contra la pobreza y no contra los pobres": los representantes de las iglesias cristianas unen sus voces a quiénes, oposición y sociedad civil, piden al gobierno de Zimbabwe que ponga fin a las vejaciones de las fuerzas del orden contra las personas indigente.
En la capital, Harare, la policía continua deteniendo a comerciantes ambulantes y demoliendo sus pobres puestos y barracas. Además de representantes de las Iglesias Protestantes el llamamiento también ha sido firmado por la Comisión Justicia y Paz de la Iglesia católica, la asociación de abogados para los derechos humanos, el Trust of Southern Africa y por representantes del mundo universitario.
Actualmente, el 80% de los más de 11 millones de habitantes de Zimbabwe están en paro. La política de redistribución de las tierras encaminada por el Presidente Robert Mugabe, ha destruido el tejido económico del país. De este modo, Zimbabwe ha pasado de ser granero del África Austral a convertirse en un país dependiente de la ayuda exterior para su propia supervivencia alimenticia, poniendo también en crisis a los países cercanos que adquirían comida de Harare.
Mientras el país se hunde cada vez más en la pobreza, el gobierno ha intensificado la política de control de la población y represión de la oposición. A pesar de la dramática situación económica, el gobierno ha aumentado la dotación financiera de las fuerzas armadas y el Central Intelligence Organization (ESO) que ha comprado recientemente equipos de alta tecnología para controlar, y eventualmente bloquear, las comunicaciones telefónicas, telemáticas y las transmisiones de radio y televisión procedentes del extranjero.
La última campaña lanzada por Mugabe es la realizada contra los comerciantes de la calle. Se trata de personas que fueron convencidas por el mismo Mugabe, con una ley de 1991, de hacerse ambulantes para favorecer de este modo el nacimiento del comercio privado. Ahora por el contrario, cambio de vida. Ya han sido expulsadas 500 familias de sus casas de un barrio en la periferia norte de Harare a pesar de un acuerdo alcanzado en el 2002 con el ministro de viviendas.
La oposición afirma que de este modo el Presidente Mugabe quiere expulsar buena parte de la población pobre de la ciudad a los campos, dónde es más fácilmente controlable gracias a la distribución de la escasa comida que está en manos de los fieles al Presidente. (L.M) (Agencia Fides 30/5/2005 Líneas: 34 Palabras: 438)


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