EUROPA/ITALIA - Benedicto XVI concluye el XXIV Congreso Eucarístico Nacional italiano: "Es el único y el mismo Cristo quien está presente en el Pan eucarístico de todo lugar de la tierra. Esto significa que sólo podemos encontrarnos con él junto a todos los demás. Sólo podemos recibirle en la unidad. La consecuencia está clara: no podemos comulgar al Señor si no comulgamos entre nosotros"

lunes, 30 mayo 2005

Bari (Agencia Fides) - "También yo he querido unirme hoy a todos vosotros para celebrar con particular relieve la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, y así rendir homenaje a Cristo en el Sacramento de su amor, y reforzar al mismo tiempo los vínculos de comunión que me atan a la Iglesia que está en Italia y a sus Pastores." Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha iniciado su homilía el domingo 29 de mayo, en Italia Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, durante la Misa que ha presidido en Bari, dónde ha ido en su primer viaje apostólico, para la conclusión del XXIV Congreso Eucarístico Nacional Italiano sobre el tema: “Sin el domingo no podemos vivir."
"Este Congreso Eucarístico ha querido volver a presentar el domingo como «Pascua semanal», expresión de la identidad de la comunidad cristiana y centro de su vida y de su misión" ha dicho el Papa en la homilía, subrayando el heroico testimonio de los 49 mártires de Abitene que afrontaron la muerte antes que renunciar a celebrar el día del Señor. "Es una experiencia sobre la que debemos también reflexionar, nosotros cristianos del siglo XXI. Tampoco es fácil para nosotros vivir como cristianos". También nosotros hoy, necesitamos el Pan Eucarístico para afrontar las fatigas y los cansancios del viaje: " El domingo, día del Señor, es la ocasión propicia para sacar fuerza de Él, que es el Señor de la vida. El precepto festivo no es por tanto un simple deber impuesto desde el exterior. Participar en la celebración dominical y alimentarse del Pan eucarístico es una necesidad para el cristiano, quien de este modo puede encontrar la energía necesaria para el camino que hay que recorrer".
En todo caso el Señor no nos deja nunca solos en este camino: "En la Eucaristía Cristo está realmente presente entre nosotros. La suya no es una presencia estática. Es una presencia dinámica, que nos hace suyos, para asimilarnos a El." Una ulterior dimensión de la Eucaristía subrayada por el Papa es la de la relación con los otros: " El Cristo con el que nos encontramos en el sacramento es el mismo aquí en Bari, como en Roma, como en Europa, América, África, Asia, Oceanía. Es el único y el mismo Cristo quien está presente en el Pan eucarístico de todo lugar de la tierra. Esto significa que sólo podemos encontrarnos con él junto a todos los demás. Sólo podemos recibirle en la unidad… Por desgracia, los cristianos están divididos precisamente en el sacramento de la unidad. Con mayor motivo, por tanto, apoyados por la Eucaristía, tenemos que sentirnos estimulados a tender con todas las fuerzas hacia esa plena unidad que Cristo deseó ardientemente en el Cenáculo".
El Papa ha reafirmado después su voluntad "de asumir como compromiso fundamental el de trabajar con todas las energías en la reconstitución de la plena y visible unidad de todos los seguidores de Cristo" y para alcanzar este objetivo "se requieren gestos concretos que entren en los espíritus y agiten las conciencias, invitando a cada uno a esa conversión interior que es el presupuesto de todo progreso en el camino del ecumenismo". Benedicto XVI ha pedido después a todos "emprender con decisión el camino del ecumenismo espiritual, que abre las puertas al Espíritu Santo en la oración, único capaz de crear la unidad". Por último el Santo Padre ha concluido la homilía con la exhortación a "redescubrir la alegría del domingo cristiano" y "el privilegio de poder participar en la eucaristía" y con el deseo de que "también los cristianos de hoy vuelvan a encontrar la conciencia de la decisiva importancia de la celebración dominical y que sepamos sacar de la participación en la Eucaristía el empuje necesario para un nuevo compromiso en el anuncio al mundo de Cristo «nuestra paz»”. (SL) (Agencia Fides 30/5/2005 Líneas: 47 Palabras: 701)


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