AMERICA/COLOMBIA - "Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano, tanto más cuando que se trata de una criatura inocente e indefensa": el Presidente de la Conferencia Episcopal frente a la declaración de inaplicabilidad de un artículo de ley que penaliza el aborto

sábado, 28 mayo 2005

Bogotá (Agencia Fides) - "La situación del País en lo que hace relación a los delitos contra la vida, es altamente preocupante. Duelen y preocupan los hechos delictivos que a diario se registran: homicidios, muertes violentas, asesinatos selectivos en las ciudades, jóvenes muertos en los Estadios, niños inocentes maltratados y abusados, hechos todos de sangre y violencia que nos avergüenzan ante el mundo y nos ubican como uno de los países donde menos se respeta la vida humana.". Con esta amarga consideración el Card. Pedro Rubiano Saenz, Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), abre su Mensaje al pueblo colombiano pidiendo de nuevo una reflexión acerca del valor de la defensa de la vida contra la pretensión de introducir la práctica legal del aborto declarando "inaplicable" el artículo de ley que por el contrario, lo penaliza.
El documento señala que la Iglesia colombiana quiere levantar una vez más la voz en defensa de la vida, porque la Constitución de Colombia establece en el artículo 11 que a "El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte". Entonces " por qué se quiere pretender, que la Corte Constitucional, llamada a preservar la letra y el espíritu de nuestra Carta magna, declare la inexequibilidad del artículo 122 de la ley 599 del año 2000 que penaliza el aborto en Colombia. Nos preguntamos ¿por qué habría de aceptarse una práctica antihumana precisamente en el momento en que la idea de los derechos humanos parece haber obtenido un reconocimiento universal e incondicional? y ¿por qué hay también cristianos, incluso personas de elevada condición moral, que piensan que la normativa sobre la vida humana debería entrar en el juego de los necesarios compromisos de la vida política? Y lo que es más grave aún, ¿porque una legislación habría de convertir un derecho en injusticia y crimen?”
El aborto, sostiene el Card. Pedro Rubiano Saenz, no es ni siquiera lejanamente la solución a los males como son el empobrecimiento, desplazamiento forzado y crecimiento desigual de la población, y tampoco reduce los altos porcentajes de embarazos y maternidad de adolescente. El derecho a la libre opción de la maternidad y la paternidad - señala el Mensaje - "debe entenderse en el sentido de que tanto el hombre como la mujer son libres de engendrar un hijo, pero no en el sentido que una vez engendrado, puedan decidir si permiten o no que nazcan."
Después se lanza un llamamiento a los hombres y mujeres a estimar el don de la maternidad y a asumir responsablemente su sexualidad, con la conciencia de que los actos humanos engendran deberes que no pueden evitarse. Por último se recuerda que según las enseñanzas constantes de la Iglesia "nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano, y mucho menos cuando se trata de una criatura inocente e indefensa, ninguna autoridad puede imponerla legítimamente ni permitirla". El documento concluye con la invocación a Dios, Señor de la vida, para que ayude a Colombia a superar la cultura de la muerte y predisponga todos los medios para que esta nación se oriente por las sendas de la vida. (R.Z) (Agencia Fides 28/5/2005, Líneas: 40 Palabras: 599)


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