AFRICA/KENYA - "No hagáis como el rico Epulón: no migajas sino un verdadero desarrollo" piden los Obispos de Kenia en una Carta Pastoral sobre la deuda internacional de los Países pobres

lunes, 23 mayo 2005

Nairobi (Agencia Fides) - "La deuda de Kenia es causa de opresión, pobreza, podemos decir de una forma moderna de esclavitud". Así motivan los Obispos de Kenia su fuerte toma de posición sobre el problema de la deuda de los países más pobres del mundo en una Carta Pastoral titulada "Sobre el fardo de la deuda internacional". La deduda exterior de Kenia es de 17 mil millones de dólares, esto es, más 500 dólares por cada ciudadano de Kenia. "Frente a esta enorme cifra de dinero, Kenia ha visto una progresiva decadencia económica. Hoy la mayor parte de los kenianos viven por debajo del umbral de pobreza, mientras una pequeña minoría goza de un estilo de vida superior al de los países desarrollados" se recuerda en la carta.
La deuda total de los Países africanos es de 231 mil millones de dólares, mientras que la riqueza total producida por estos Países en un año es de 350 mil millones de dólares. "Esto significa” escriben los Obispos kenianos “que los Países africanos no pueden refundir la deuda y al mismo tiempo sostener su desarrollo. Muchos estados se ven obligados a gastar más del 20% de su renta en pagar las deudas."
La causa de esta situación debe ser investigada, según los Obispos, en primer lugar en el funcionamiento del sistema financiero internacional pero también en la corrupción y en la incompetencia de los gobiernos africanos, que utilizan a menudo mal los fondos que han recibido como préstamo. Entonces "por qué los pobres de nuestro País, que no tienen voz en capítulo sobre la contracción de la deuda y no han recibido ningún beneficio de ello, deben hacer frente a la mayor parte del fardo de estos pagos?" preguntan los Obispos, que piden pues mayor implicación popular en la elaboración de la política económica y social del país: "Seguimos reclamando con insistencia a nuestro gobierno que establezca estructuras democráticas para hacer frente a cuestiones cono el hambre, condiciones laborales y seguridad". Aunque "todos los kenianos fueran trabajadores incansables, viviendo en paz y gobernados por líderes virtuosos, serían igualmente pobres a causa del pago de los intereses de la deuda, que representa el 32% del presupuesto del Estado."
Por tanto, también los Países más desarrollados y las instituciones financiera internacionales deben hacer su parte. Recordando la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro (Lc. 16;19-31), los Obispos afirman que "los esfuerzos que se han realizado hasta el momento para la cancelación de la deuda son comparables a las migajas caídas de la mesa del rico con las que Lázaro intentaba alimentarse: son promesas ilusorias sin sustancia. Lázaro continua muriendo hoy de hambre y de enfermedad. Además, comer las migajas de comida que caen de la mesa contradice la dignidad humana: ¿esto es para los animales!"
Por este motivo, en vísperas de importantes citas internacionales en las que se discutirá el problema de la deuda internacional (reunión del G8 en julio, Asamblea del Milenio de las Naciones Unidas en septiembre, etc...) los Obispos de Kenia piden a los Países acreedores la total cancelación de la deuda y el mantenimiento de las promesas de ayuda al desarrollo del continente africano. (L.M) (Agencia Fides 23/5/2005 Líneas: 39 Palabras: 557)


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