AMERICA/PERU - "Benedicto XVI está un don de Dios para la Iglesia, por tanto, es necesario permanecer a su lado con la oración para que, con la ayuda de Dios, sea ese gran Papa que todos esperamos" dice a Fides al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima

lunes, 25 abril 2005

Roma (Agencia Fides) - "La elección de Su Santidad Benedicto XVI ha sido un rápido y maravilloso converger de objetivos, en el que ha sido muy evidente que ha sido Dios quien ha guiado esta elección. Lo confirma la gran oración con que el mundo ha acompañado el Cónclave y la alegría con que ha sido acogida la elección del nuevo Papa, tanto por parte del Colegio Cardenalicio como sobre todo por los fieles de todo el mundo", declara a la Agencia Fides Su Em. el Card. Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado de la Iglesia peruana.
"La gran conmoción y el dolor con que el mundo se estrechó a su Pastor a Juan Pablo II en los momentos de su enfermedad, agonía y muerte así como las grandes manifestaciones de afecto y devoción con las que millares de fieles rindieron homenaje al difunto Pontífice nos han permitido apreciar con cuanta atención, afecto, respeto y agradecimiento miraba el mundo a Juan Pablo II. La oración y la espera ansiosa con que, luego, todos han seguido la elección del nuevo Pontífice así como la gran alegría ante la noticia de la elección, son un signo claro de que el mundo esperaba un Vicario de Cristo que diera continuidad a lo gran obra emprendida por su Predecesor. ¿Quién mejor que aquel que ha sido durante muchos años uno de los mejores amigos y más estrechos colaboradores de Juan Pablo II podía garantizar que ese don de Dios que ha sido el maravilloso Pontificado de Juan Pablo II siguiera fructificando? Creo sin duda, que Papa a Benedicto XVI es un don de Dios a la Iglesia. Además el recién electo Sumo Pontífice con su profunda espiritualidad, con su carácter eminentemente reflexivo y su gran cultura y su rica formación, unida a la gran experiencia al frente de la Congregación para la Doctrina de la fe - que le ha permitido entre otras cosas, conocer bien las problemáticas de los diferentes continentes del mundo - es indudablemente la persona que mejor sabrá orientar y conducir a la Iglesia, con coraje y seguridad, en plena fidelidad al Evangelio de Cristo, tal como hizo el Papa Wojtyla, pero ciertamente con el toque de su propia personalidad. Ahora - concluye el Cardenal - es necesario permanecer a su lado con la oración, para que con la ayuda de Dios sea ese gran Papa que todos esperamos". (R.Z) (Agencia Fides 25/4/2005; Líneas: 28 Palabras: 448)


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