EUROPA/ITALIA - "Como fieles herederos de San Daniel Comboni, nuestra respuesta a la invitación del Papa Benedicto XVI es una incesante oración y una renovada disponibilidad misionera en esta hora de la Iglesia de hoy": Mensaje de la Superiora general de las misioneras Combonianas

jueves, 21 abril 2005

Roma (Agencia Fides) - La Superiora general de las Misioneras Combonianas, Madre Adele Brambilla, ha enviado a las religiosas de su congregación un mensaje con ocasión de la elección del Papa Benedicto XVI. En el texto escribe: "De repente, toda la espera de la cristiandad, del mundo entero, ha tenido un nombre y un rostro: Joseph Ratzinger. No ha comunicado su nombre: ¡Benedicto! Un nombre ligado a la pasión por la evangelización, por la contemplación y espiritualidad, por el diálogo y la reconciliación, por la paz y la comunión; un nombre ligado a la pasión por Cristo y por la humanidad, en continua tensión a crear puentes por todo el mundo con la paciencia de Dios. De repente nuestro corazón se abre a la sentida oración del Papa Benedicto pronunciada esta mañana: "¡Mane nobiscum, Domine! ¡Quedate con nosotros Señor!...
El Mensaje continúa: "Como fieles herederos de San Daniel Comboni, nuestra respuesta a la invitación del Papa Benedicto XVI es una incesante oración y una renovada disponibilidad misionera en esta hora de la Iglesia de hoy, en comunión con todas las Iglesias esparcidas por todo el mundo, movidas por "una sana inquietud" que continuamente nos empuja con pasión y coraje a la misión ad gentes. Miramos con confianza y con esperanza esa ventana abierta del Palacio Vaticano que nunca se ha cerrado. Es para nosotros el símbolo de una ventana abierta a toda la humanidad con sus inquietudes, angustias y preguntas, esperanzas e ilusiones. Es el símbolo de una invitación y al mismo tiempo una voluntad más allá a todos los pueblos del mundo, particularmente a los que están afligidos y sufren, a los marginados y excluidos… A la vez que expresamos al Papa Benedicto la felicitación de todos nosotros esparcidos por el mundo, continuamos rezando e pidiendo el Espíritu Santo sobre el confiándonos a "Maria que está de nuestra parte". (S.L) (Agencia Fides 21/4/2005; Líneas: 25 Palabras: 353)


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