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Roma (Agencia Fides) - "Eucaristía y belleza" es el congreso que tiene lugar el 20 y 21 de abril en Roma basado en la figura de Sor Magdalena de la Encarnación (1770-1824). El congreso se abre esta tarde a las 18 horas con una Concelebración eucarística en la Iglesia de Sant'Andrea al Quirinale y se cierra mañana, a la misma hora, con la presentación de dos libros en la Sala del Cenáculo de Vicolo Valdina: "De puro amor. Vida y Obra de Madre Maria Magdalena de la Encarnación" de Piero Damosso y Francesca Giordano y "En el arte el estupor de una Presencia" de Maria Gloria Riva.
"El congreso quiere ser un momento de reflexión en torno a la figura de Sor Maria de la Encarnación - explica a Fides Su Exc. Mons. Mauro Piacenza, Presidente del Pontifica Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia llamado a intervenir en los dos días del congreso - cuyo carisma está todo en el amor a la Eucaristía, es decir, en el misterio de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo."
"Madre Maria Magdalena - continua Mons. Piacenza - puso en el centro de su vida la adoración al Santísimo Sacramento como primera e indispensable energía para la evangelización. Era consciente de que no podía haber verdadera evangelización, verdadera misión, sin amor a la Eucaristía. Ella era una enamorada de la Eucaristía y por lo tanto del Verbo de Dios encarnado que lleva la salvación a todos los hombres."
"Y luego - continua Mons. Plasencia - en el tema del congreso de esta tardes, está también la estrecha relación entre arte y fe. La adoración eucarística hace brotar el amor por el arte y, a su vez, el culto y la belleza del arte llevan a la contemplación del Verbo encarnado."
Sobre la relación tan estrecha entre misión y Eucaristía, el Obispo subraya: "La Eucaristía es el motor de la misión. Sin Eucaristía se cae en un activismo que no tiene nada que ver con la actividad apostólica. La Eucaristía es el don de bodas con que el Nuestro Dios levanta a la humanidad. Sin Eucaristía no puede haber anuncio."
Por último, preguntamos a Su Exc. Mons. Plasencia si el nombre que el cardenal Ratzinger ha elegido, Benedicto XVI, es también revelador de su personal amor hacia la vida monástica, a una vida completamente dedicada a estar con Cristo
"El nombre Benedicto no está elegido por casualidad. Es un nombre ligado a su devoción por la figura de san Benito, un gigante de la evangelización, enamorado de estar con Cristo. San Benito es el hombre de la estabilidad, del estar entre las paredes del convento y, al mismo tiempo, de la estabilización en una vocación que quiere abrazar a todo el mundo."
"Benedicto XVI - concluye Mons. Plasencia - ha estado durante años al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Ha estado en el corazón de la Iglesia porque el corazón de la Iglesia es la fe. Él, además, es el hombre de la esperanza y no del optimismo. La esperanza es mucho más que el optimismo porque esta es ya la certeza de cosas que nos serán dadas”. (P.L.R) (Agencia Fides 20/04/2005 - Líneas: 38 Palabras: 552)
