AFRICA/CONGO RD - Más de 10.000 milicianos deponen las armas en Ituri, al noreste del Congo dónde desde 1999 la guerra civil ha provocado más de 60.000 víctimas

lunes, 18 abril 2005

Bunia (Agencia Fides) - Primeros resultados positivos del programa de desarme puesto en marcha por las Naciones Unidas en Ituri, la región del Noreste de la República Democrática del Congo teatro desde 1999 de una sangrienta guerra civil que ve implicados a una decena de milicias según la étnica y que ha provocado hasta ahora más de 60.000 muertos. Según la ONU más de 10.000 milicianos han entregado las armas a la Misión de las Naciones Unidas en Congo (MONUC).
El programa de desarme ha permitido el desmantelamiento de una de las principales milicias del Ituri, las Fuerzas Armadas del Pueblo Congoleño (FAPC). "Este grupo ya no existe, se ha convertido ha pasado ya a la historia" ha afirmado al Coronel Kwaje Duku, responsable de la Comisión Nacional para el desarme, creada en Ituri por el gobierno congoleño.
Entre los 2014 milicianos que han depuesto las armas hay 251 niños soldado. Estos chicos son considerados por las autoridades no tanto como combatientes sino como víctimas de las milicias, porque fueron secuestrados para convertirse en esclavos de los milicianos adultos. Los pequeños son empleados como cocineros, mozos de carga y las niñas como "esposas”.
Los milicianos adultos que se han rendido han sido enviados a un campo de tránsito dónde, después de un seminario de información, podrán elegir libremente entre la integración en el nuevo ejército congoleño y la vuelta a la vida civil.
Según el MONUC quedan por desarmar unos 2.000 milicianos.
El proceso de desarme en Ituri ha sufrido una aceleración a causa de la ofensiva lanzada por la MONUC después de la matanza de una decena de Cascos Azules de Bangladesh a finales de febrero. La Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC) fue instituida por el Consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 30 noviembre de 1999 después de la firma de los Acuerdos de Lusaka, alto al fuego firmado por la República Democrática del Congo y otros cinco Países implicados en la guerra civil que acabó después tres años. El objetivo de la misión era vigilar la tregua y el embargo de armas, poner en seguridad las fronteras de infiltraciones de grupos armados, apoyar el diálogo intercongolés y dirigir el programa de Desarme, Desmovilización y Reintegración de las formaciones guerrilleras. Desde el 2003 la misión ha conseguido la duplicación de las tropas y ha sido potenciada en su mandato y recursos (el balance asignado para el período 2003-2004 es de cerca de 650 millones de dólares).
El 1° de octubre del 2004 la aprobación de la resolución 1565 por el Consejo de Seguridad ha aumentado el personal de la misión de unas 6.000 unidades, llevando a 16.700 la plantilla total, prorrogando además su mandato hasta el 31 de marzo del 2005. Según la resolución, corresponden a los Cascos Azules nuevas competencias, entre ellas la estrecha colaboración con la Misión ONU en Burundi (ONUB), el desarrollo de tareas de policía y la asunción de todas las medidas necesarias para el desarrollo pacífico y libre de las elecciones del próximo año. (LM) (Agencia Fides 18/4/2005 Líneas: 37 Palabras: 541)


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