EUROPA/ALEMANIA - La paternidad de Juan Pablo II no ha tenido fronteras… ha dado valor a toda cultura y ha sabido alabarla, denunciando también sus errores y señalando sus peligros: documento del Movimiento apostólico de Schöenstatt

sábado, 16 abril 2005

Schöenstatt (Agencia Fides) - El Movimiento apostólico de Schöenstatt, recordando con gratitud a afecto los momentos de encuentro familiar con el Sumo Pontífice Juan Pablo II, en un documento titulado "En Agradecida Memoria" subraya los aspectos más sobresalientes de su persona y su Pontificado, renovando el empeño para que su valiosa herencia sea fecunda: "su valorización de los movimientos eclesiales como frutos del Espíritu y primavera de la Iglesia, nos llama a conservar vivo el carisma particular recibido y a ponerlo al servicio de toda la comunidad eclesial."
El Padre Heinrich Walter, Presidente del Consejo Internacional de la obra de Schöenstatt, en el mensaje enviado a Fides, señala ante todo que Juan Pablo II ha sido un hombre de oración, de contemplación, un hombre de la Eucaristía y un signo vivo de la presencia de Dios entre nosotros. Pensando luego en la recíproca simpatía y en el profundo entendimiento que había entre el Santo Padre y la juventud, así como en su innegable autoridad moral que superó los límites de la Iglesia católica y lo convirtió en un líder de la humanidad, por encima de las diferencias raciales, políticas o religiosas, el padre Walter afirma que la clave de todo eso reside en la coherencia entre el magisterio y el testimonio personal, hasta el punto de que la doctrina se convirtió en él en vida, así como la verdad se encarnó en su persona.
El Papa Juan Pablo II no se limitó a recordar la vocación y la santidad recibida en el bautismo y la "pedagogía de la santidad”, sino que nos ha precedido en este camino y nos ha dado el ejemplo de una vida santa: "Su voluntad de servicio no se rindió nunca y, aún enfermo y débil salió a la búsqueda de todos, en especial de los más pobres y necesitados. Porque no hizo diferencias ni se dejó llevar por oportunismos ni comodidades, porque valoró cada cultura y supo enaltecerla, incluso denunciando sus errores y señalando sus peligros, por todo esto su paternidad no tuvo fronteras".
El Papa fue claro y contundente en anunciar la verdad; ha sido, sobre todo, un incansable sembrador y un promotor creativo de múltiples iniciativas para la efectiva encarnación de la verdad y la adecuada transmisión según la sensibilidad del hombre y de las culturas contemporáneas. Sabía bien que la fe es un proceso de vida que requiere un paciente acompañamiento, voluntad de diálogo, autenticidad y respeto. (R.Z) (Agencia Fides 16/4/2005; Líneas: Palabras:


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