ASIA/BANGLADESH - "Miseria y esclavitud oprimen la población de Bangladesh": testimonio a Fides de un misionero

miércoles, 13 abril 2005

Dhaka (Agencia Fides) - Dolor y amargura en la comunidad cristiana de Bangladesh después del desastre del derrumbamiento de la fábrica textil en los alrededores de Dhaka, ocurrido el 11 de abril. Mientras se sigue excavando, el número de cadáveres continúa creciendo y se estima que las personas atrapadas bajo los escombros sean más de 200.
El P. Silvano Garello, misionero Javeriano domiciliado en Dhaka, cuenta a Fides: "En el caso de la fábrica no se respetaban las normas elementales de seguridad sobre el trabajo. El edificio estaba construido sobre un pantano. A menudo lo están también casas y puentes, que son barridos puntualmente por terremotos e inundaciones. Los muertos serán centenares, pensando en cuantos trabajadores reducidos a la esclavitud se encontraban en la estructura."
Ampliando el discurso a temas de la pobreza y el paro en Bangladesh, el misionero dice a Fides: "La gente está desesperada y acepta ser explotada y esclavizada, con sueldos irrisorios y muchas horas de trabajo cotidiano. Es un fenómeno que también afecta a mujeres y niños: el trabajo infantil crece sin parar y con ello el analfabetismo. Muchos vienen de las aldeas y se esparcen por la ciudad: hoy Dhaka tiene más de 14 millones de habitantes y la miseria es realmente sofocante."
También para nosotros misioneros - continuo el p. Silvano - la vida es difícil. Como cristianos residentes en un país musulmán, y como extranjeros, no tenemos espacio en la sociedad. Intentamos formar a la población sobre los temas de derechos humanos, para hacer a los bengalíes conscientes de sus propios derechos: desde abajo puede venir un cambio no violento, si la gente toma conciencia de su dignidad. Pero es necesario sensibilizar de modo global el país, y son necesarias medidas drásticas para combatir la pobreza. Existe una gran diferencia entre una elite rica y una masa de pobres. Muchos huyen al extranjero con peligro de su propia vida. Cuando en 1986 el Papa visitó Bangladesh puso de relieve el respeto de los derechos humanos pero, después de los aplausos, no cambió nada. La pobreza y la explotación oprimen a los bengalíes."
El sacerdote concluye: "Nosotros misioneros y nosotros cristianos en el país estamos llamados a testimoniar y a mantener vivo el mensaje de Cristo, anunciado por Juan Pablo II, reafirmando la dignidad y la primacía de la persona." (PA) (Agencia Fides 13/4/2005 Líneas:29 Palabras: 403)


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