AMERICA/ARGENTINA - Juan Pablo II “Mensajero de la Paz” en Argentina: su paso ha significado para todos un “dejar una puerta abierta a Jesús”. El testimonio a Fides de un Dominico que entró al Noviciado poco después de la visita del Papa.

jueves, 7 abril 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Era el año 1982 cuando Argentina, en aquel período en conflicto con Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, recibió la primera visita del Santo Padre Juan Pablo II. Todo sucedió rápidamente: la guerra, la toma de conciencia de esta situación, las conseuencias, la visita del Papa. Uno de los cantos compuestos para acoger al Papa lo presentaba como “Mensajero de la Paz”. Su visita, seguida del fin de la guerra, ayudó a reflexionar, como nación, sobre nuestras heridas abiertas y a buscar el modo de curarlas. En aquel viaje Juan Pablo II no permaneció mucho tiempo con nosotros, a pesar de lo cual nos hizo sentir su amor de Padre y creo que se llevó consigo nuestro calor: es como si desde aquel momento hubiese comenzado una relación de amistad que, con el tiempo, se hizo muy profunda.
Pasados 5 años, en abril de 1987, tuvimos la alegría de acoger a Juan Pablo II en nuestra casa una vez más. Y ¿por qué no decirlo? también yo he sido confirmado en la fe. Tenía una fuerte inquietud vocacional que su visita hizo saltar. En enero de 1988, algunos meses después de su visita, entré en el Noviciado de la Orden de Predicadores. Puedo decir, por tanto, que mi fe, junto con mi vocación, creció acompañada de su Magisterio. Con el tiempo ha crecido en mí la sensación de que el paso de Juan Pabllo II por Argentina ha significado para todos sin distinción un “dejar la puerta abierta a Jesús”. Parecía que su mensaje inaugural como Papa: “¡No tengáis miedo!” se hiciese vida en toda persona que tuviera abierto el corazón a sus palabras, a sus gestos” (Hno. Paolo Zambruno, O.P.) (Agencia Fides, 7/4/05, líneas: 24, palabras: 330)


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