EUROPA/ITALIA - “Una catequesis constate para nuestra vida”. La reacción de los “Fatebenefratelli”, particularmente unidos a la figura del Santo Padre

martes, 5 abril 2005

Roma (Agencia Fides) - El Padre Pascual Piles, Superior General de la orden hospitalaria de San Juan de Dios, mejor conocida como “Fatebenefratelli”, viajará a África, donde trascurrirá todo el mes de abril, primero en Mozambique y luego en Senegal. Fides ha pedido al sacerdote un comentario hecho desde el mundo de los enfermos asistidos por los “Fatebenefratelli” en relación con la figura de Juan Pablo II.
“Los “fatebenefratelli” estamos particularmente unidos a la figura de Juan Pablo II, que ha demostrado siempre una gran sensibilidad por las personas que sufren. El sufrimiento vivido en primera persona en su Polonia natal, a causa del comunismo, un sufrimiento moral compartido con tantos conciudadanos y sobre todo con tantos miembros de la Iglesia, le ha otorgado una sensibilidad que posteriormente ha continuado creciendo tanto a continuación del atentado sufrido y de todos los demás sufrimientos con los que el Parkinson lo ha puesto a dura prueba durante los últimos 10-15 año.
Para nosotros y para la Iglesia, su reflexión teológica sobre el sufrimiento contenida en la Carta Apostólica Salvifici Doloris ha constituido un enorme regalo. Nos ha dejado tantos testimonios vividos desde el Evangelio a partir de experiencias personales que le han llevado a abrir las puertas de la dimensión pedagógica del sufrimiento a quienes sufren y sobre todo a quienes asisten a las personas que sufren. Una catequesis constante para nuestra vida que había manifestado en una de sus primeras cartas, la Dives Misericordia, cuando hablaba del amor y de la misericordia de Dios a partir del Evangelio de San Lucas, y testimoniada después a través de las numerosas cartas y escritos para las personas minusválidas, para los ancianos y para los enfermos. Tenía un modo especial de acercarse a los niños, a los ancianos y a los enfermos. Hemos disfrutado de su presencia en dos de nuestros hospitales de Roma (Isola Tiberina y San Pedro) y demostró siempre gran reconocimiento por la misión hacia los enfermos que desarrollábamos junto a nuestros colaboradores.
Hemos recibido testimonios y mensajes por el Santo padre desaparecido desde los quinientos países del mundo en los que obramos. La reacción ha sido muy fuerte. En nuestros hospitales se le han dedicado oraciones especiales tanto durante el último recorrido de su vida como en el momento de su muerte. Hasta nosotros ha llegado el testimonio de nuestros hermanos de Oceanía, de Asia, de América Latina y del continente africano que nos cuentan cómo están viviendo estos momentos la Iglesia y la población, pese a que muchos de ellos pertenezcan a un credo religioso diverso del nuestro”.
(A.P.) (Agencia Fides 5/04/05)


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