VATICANO - Juan Pablo II: Verdadero Campeón del Dolor Sanante, una persona abierta al dolor y al sufrimiento ajeno.

sábado, 2 abril 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el curso de los años han sido muchos los escritos que testimonian el amor total y la paterna comprensión del Santo Padre ante las personas que sufren y los enfermos. Ya en sus primeras apariciones de recién elegido, Juan Pablo II dirigiéndose a los enfermos decía querer apoyar su ministerio papal sobre todo en aquellos que sufren y que al sufrimiento, a la pasión, a los dolores, unen la oración.
En el documento “Juan Pablo II: Un Papa que viene del sufrimiento” el Santo Padre es descrito como “Maestro y Pastor de la Iglesia Universal, que como los profetas bíblicos es testigo de la íntima participación de los sufrimientos de Cristo Redentor que ha asumido en Sí el misterio del dolor del Hombre, transformándolo en camino preferencial de salvación eterna. La carne es atormentada y torturada, pero el espíritu es indómito, ¡y también el mundo se queda atónito! Bien se puede decir que se ha hecho “carta viva” de lo que Pablo de Tarso escribió de sí mismo:
“Yo he tenido grandes revelaciones. Y por eso, para que no engría con la sublimidad de esas revelaciones me fue dado un aguijón a mi carne, un ángel de Satanás que me abofeteaba para que no me engría. Por esto motivo tres veces rogué al Señor que se alejase de mí. Pero el me dijo: Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza. Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por eso me complazco en mis flaquezas en las injurias en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo, porque cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte” (II Cor, 12).
El 11 de febrero de 1984 el Santo Padre publicó la Carta apostólica “Salvifici doloris” sobre el tema del “dolor salvífico”, es decir, sobre el significado cristiano del sufrimiento. “Pero -decía el Papa-, ¿cómo se puede hablar de dolor salvífico? El sufrimiento ¿no es acaso un estorbo a la felicidad y motivo de alejamiento de Dios? Sin duda existen tribulaciones que, desde el punto de vista humano, parecen desprovistas de cualquier significado. En realidad, si el Señor Jesús, Verbo encarnado, ha proclamado “Bienaventurados los que sufren” (Mt 5, 4) es porque existe un punto de vista más alto, el de Dios, que a todos llama a la vida y, si bien a través del dolor y de la muerte, a su Reino eterno de amor y de paz. ¡Feliz la persona que consigue hacer resplandecer la luz de Dios en la pobreza de una vida de padecimientos o disminuida!”
“El sufrimiento del hombre es sagrado, hace referencia a un proyecto superior y misterioso y tiene una lógica solo si está inmerso en Cristo.”
Contributo del Padre Camilo Felice Ruffini, Vicesecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la salud, que trabaja en el sector desde hace más de 20 años, extraído de la obra “Juan Pablo II y el sufrimiento” del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, instituido por Juan Pablo II en 1985. (AP) (Agencia Fides 2/4/2005 Líneas: 36 Palabras: 542)


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