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Mocoa-Sibundoy (Agencia Fides) - Cada mañana el pequeño grupo de alumnos de 3 a 5 años de preescolar deja sus aulas de aprendizaje y recreo para dirigirse a la capilla, dirigidos por su maestra, y rezar con corazón abierto y confiado a su Padre Dios. Desde la enfermedad del Santo Padre, sin embargo, los pequeños han intensificado su oración. La religiosa les ha explicado que “el Papa está ahora enfermo y necesita más nuestras oraciones”. Los niños han recibido con todo su afecto el encargo de la maestra y rezan “para que se cure el Papa”. Si algún día la maestra se retrasa en llevarles a la capilla para su cometido de rezar por el Santo Padre, entonces los pequeños inquieren: “¿Por qué no rezamos hoy? ¿Es que el Papa ya se ha curado?” Ante el agravamiento de las condiciones de salud del Santo Padre, los niños expresan más vivamente la intención de sus oraciones: “Para que se cure de sus heridas, porque si no su madre se va a preocupar” Y seguros de ser escuchados y acompañan con su ferviente oración estas horas de dolor del Santo Padre. (RG) (Agencia Fides 1/4/2005 Líneas: 14 Palabras: 206)
