AMERICA - "Ayudar a tomar conciencia de la gracia y la fuerza misionera que tiene la Eucaristía dominical, para que la participación en ella dé un fuerte impulso al compromiso y a la misión de los cristianos" exhorta la Pontificia Comisión para la América Latina

jueves, 31 marzo 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La participación en la Misa dominical es característica distintiva del cristiano y constituye una exigencia para alimentar la propia fe y dar fuerza al testimonio cristiano. Sin la Misa del domingo y de los otros días festivos, faltaría el corazón mismo de la vida cristiana. " Cuando el domingo pierde su significado fundamental de "día del Señor" y se transforma en un simple fin de semana, es decir un día de pura evasión y diversión, queda el cristiano prisionero de un horizonte terreno tan estrecho que no deja siquiera ver el cielo ". Es una de las recomendaciones expresas recientemente por la Pontificia Comisión para la América Latina. En el contexto del Año de la Eucaristía y en línea con el magisterio de Juan Pablo II, que en la "Novo Milenio ineunte" pide comprometerse con todas las fuerzas para recobrar y custodiar la centralidad del domingo en la vida cristiana, ha basado la Pontificia Comisión las reflexiones de la última Asamblea Plenaria de enero pasado sobre el tema "La Misa dominical, centro de la vida cristiana en América Latina". Al término de los trabajos se publicaron una serie de recomendaciones pastorales, orientadas a favorecer el redescubrimiento de la centralidad del "Día del Señor” y de la Eucaristía dominical en la vida eclesial y social de la América Latina.
El Card. Giovanni Baptista Re, Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, durante los trabajos de la Plenaria señaló como es preocupante el bajo porcentaje de los que participan hoy en la Misa dominical en América Latina. Sin embargo, lo que despierta todavía mayor preocupación "es la difusión de una mentalidad y una cultura que tienden a no tener suficientemente en consideración el domingo y, sobre todo, la participación en la Misa dominical". Por lo tanto, hay una perdida del sentido del domingo y su fundamental importancia para la vida cristiana."
En el documento redactado al final de los trabajos, se subraya que ya que "la América Latina necesita un nuevo impulso misionero, que lleve al creyente al encuentro con Jesucristo vivo, camino de conversión, comunión y solidaridad", la Eucaristía dominical también es "la fuente de la vitalidad misionera que se fortalece en el encuentro frecuente con Jesús". De aquí nace la urgencia de "ayudar a tomar conciencia de la gracia y la fuerza misionera que tiene la Eucaristía dominical, a fin de que la participación en ella dé un fuerte impulso al compromiso y a la misión de los cristianos".
Además de las indicaciones prácticas para una decorosa y devota Celebración Eucarística, se subraya que "es imprescindible ofrecer una catequesis viva y completa sobre el valor y sobre la naturaleza de la Santa Misa" y es necesario "renovar la catequesis de la iniciación cristiana, de manera tal que sea más evidente la unión entre los tres sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía". Al mismo modo, es necesario promover la celebración frecuente del sacramento de la Reconciliación y recordar cuando constituye un requisito necesario para poder recibir la Eucaristía. se pide el incremento de las catequesis sobre la Eucaristía en las familias, pero también la participación de toda la familia (padre, madre e hijos) en la Celebración Eucarística dominical.
El documento se cierra deseando que en la preparación de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano se dé una importancia especial al Día del Señor y a la participación en la Misa dominical como empeño primario y testimonio del discípulo de Jesucristo. (R.Z) (Agencia Fides 31/3/2005; Líneas: 43 palabras: 628)


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