VATICANO - Una invocación a Cristo resucitado por la paz en Tierra Santa, en los Países del Medio Oriente y África, "dónde también se sigue derramando mucha sangre " en el Mensaje pascual del Papa. "También nosotros, hombres y mujeres del tercer milenio, necesitamos de Ti, Señor resucitado"

miércoles, 30 marzo 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Al término de la Santa Misa celebrada en nombre del Santo Padre ante la Patriarcal Basílica Vaticana en el día de Pascua, domingo 27 de marzo, y antes de la Bendición Urbi et Orbi impartida por el Santo Padre Juan Pablo II desde la ventana de su estudio a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro y a los que se unieron a través de la radio y la televisión, el Cardenal Angelo Sodano leyó el Mensaje pascual de Juan Pablo II.
"¡La Palabra y el Pan de la Eucaristía, misterio y don de la Pascua, permanecen en los siglos como memoria perenne de la pasión, muerte y resurrección de Cristo! También nosotros hoy, Pascua de Resurrección, con todos los cristianos del mundo repetimos: Jesús, crucificado y resucitado, ¡quédate con nosotros! Quédate con nosotros, amigo fiel y apoyo seguro de la humanidad en camino por las sendas del tiempo" ha dicho el Papa en su Mensaje.
En particular Juan Pablo II ha pedido a Cristo resucitado que nos enseñe "palabras y gestos de paz": "paz para la tierra consagrada por tu sangre y empapada con la sangre de tantas víctimas inocentes; paz para los Países del Medio Oriente y África, donde también se sigue derramando mucha sangre; paz para toda la humanidad, sobre la cual se cierne siempre el peligro de guerras fratricidas. Quédate con nosotros, Pan de vida eterna, partido y distribuido a los comensales: danos también a nosotros la fuerza de una solidaridad generosa con las multitudes que, aun hoy, sufren y mueren de miseria y de hambre, diezmadas por epidemias mortíferas o arruinadas por enormes catástrofes naturales".
Por último, el Papa ha subrayado que también los hombres y mujeres del tercer milenio, tiene necesidad del Señor resucitado: Quédate con nosotros ahora y hasta al fin de los tiempos. Haz que el progreso material de los pueblos nunca oscurezca los valores espirituales que son el alma de su civilización. Ayúdanos, te rogamos, en nuestro camino. Nosotros creemos en Ti, en Ti esperamos, porque sólo Tú tienes palabras de vida eterna. ¡Mane nobiscum, Domine! ¡Aleluya! (S.L) (Agencia Fides Líneas: Palabras:


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