VATICANO - La Carta del Papa a los Sacerdotes del Jueves Santo: "Las palabras de la institución de la eucaristía deben ser para nosotros no solamente una fórmula consagratoria sino una fórmula de vida"

viernes, 18 marzo 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Queridos sacerdotes, en el Año de la Eucaristía, me es particularmente grato el anual encuentro espiritual con vosotros con ocasión del Jueves Santo, día del amor de Cristo llevado hasta el extremo, día de la Eucaristía, día de nuestro sacerdocio. Os envío mi mensaje desde el hospital, donde estoy algún tiempo con tratamiento médico y ejercicios de rehabilitación, enfermo entre los enfermos, uniendo en la Eucaristía mi sufrimiento al de Cristo. Con este espíritu deseo reflexionar con vosotros sobre algunos aspectos de nuestra espiritualidad sacerdotal". Comienza así la Carta que el Santo Padre ha querido dirigir también este año a los Sacerdotes con ocasión del Jueves Santo 2005, hecha pública hoy. El tema de reflexión está sacado por las palabras de la institución eucarística: "De estas palabras - escribe el Papa - surgen indicaciones iluminadoras para la espiritualidad sacerdotal: puesto que toda la Iglesia vive de la Eucaristía, la existencia sacerdotal ha de tener, por un título especial, «forma eucarística». Por tanto, las palabras de la institución de la Eucaristía no deben ser para nosotros únicamente una fórmula consagratoria, sino también una «fórmula de vida».
El Santo Padre presenta después una serie de actitudes que deben caracterizar la existencia del sacerdote. La gratitud "por el don de la fe, que ahora tiene el ministerio de anunciar, y por el del sacerdocio, que lo consagra completamente al servicio del Reino de Dios". La donación: la vida del sacerdote tiene sentido " si sabe hacerse don, poniéndose a disposición de la comunidad y al servicio de todos los necesitados.". La experiencia de la salvación lograda por Cristo, de la que los sacerdotes se convierten en "anunciadores privilegiados": "la santidad es la expresión plena de la salvación. Sólo viviendo como salvados podemos ser anunciadores creíbles de la salvación". La memoria: " Para el sacerdote, repetir cada día, in persona Christi, las palabras del « memorial » es una invitación a desarrollar una « espiritualidad de la memoria »… el sacerdote está llamado a ser, en la comunidad que se le ha confiado, el hombre del recuerdo fiel de Cristo y todo su misterio”.
El Papa subraya después otras tres actitudes propias del sacerdote: la condición "sagrada" de su vida, que se ha de reflejar “en todo nuestro modo de ser, pero ante todo en el modo mismo de celebrar”. “Sobre todo en el contexto de la nueva evangelización, la gente tiene derecho a dirigirse a los sacerdotes con la esperanza de « ver » en ellos a Cristo (cf. Jn 12, 21). Tienen necesidad de ello particularmente los jóvenes, a los cuales Cristo sigue llamando para que sean sus amigos y para proponer a algunos la entrega total a la causa del Reino”. Por último, el Papa recuerda la estrecha relación de la Virgen Santa con la Eucaristía: "Nadie cómo ella puede enseñarnos con qué fervor se han de celebrar los santos Misterios y cómo hemos estar en compañía de su Hijo escondido bajo las especies eucarísticas”. (S.L) (Agencia Fides 18/3/2005; Líneas: 36 Palabras: 354)


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