AFRICA/TUNEZ - “¡Cuánto quieren a este hombre!” testimonio de un misionero de Túnez sobre como los musulmanes siguen con cariño la enfermedad de Juan Pablo II

lunes, 28 febrero 2005

Túnez (Agencia Fides) - Publicamos el testimonio de un misionero que trabaja en Túnez: "En la catedral de Túnez hay mucho movimiento. SE podría decir que el frío y el mal tiempo de estos días constituyan una razón más para estimular a muchos jóvenes tunecinos a venir a un lugar de culto cristiano.
Ciertamente no se puede negar que las visitas de los tunecinos a la catedral están aumentando y se trata sobre todo de jóvenes que, en lugar de contentarse con pasear ociosamente por la avenida Habib Bourguiba, arteria principal de la capital en la que se encuentra la catedral, tienen curiosidad por saber más de la Iglesia y de nuestra presencia en una tierra que, a priori, es musulmana. La muestra de los belenes durante las fiestas navideñas y la exposición sobre San Agustín durante el mes de enero, ha dado indudablemente un impulso a este nuevo modo de ver la Iglesia los Tunecinos.
Se podría decir que es una curiosidad de tipo histórico-artístico, dado que el edificio es, no solo el símbolo de la presencia colonial (francesa) en Túnez, sino también una pequeña joya de arquitectura de finales del siglo XIX. Creo que este interés ha aumentado ciertamente después de un acontecimiento que, en general, ha marcado en el ánimo de los tunecinos, un cambio en su modo de ver el occidente: la guerra del Golfo del 91. Son muchos los tunecinos que se acuerdan hoy de como al Papa era contrario a la guerra y como no dejó de condenar el empleo de armas. Como "una voz que grita en el desierto" (Is 40,3; Jn 1,23), el Papa iba contracorriente y esto le ganó ciertamente la simpatía de los no-cristianos. Ciertamente. Juan Pablo II es, entre los tunecinos, la persona que goza de más consideración y simpatía, creo que puedo afirmar que entre los musulmanes es la persona más respetada. Todo esto no sólo para haber querido a toda costa la Paz sino también porque reconocen en el Papa el carisma de una persona que atrae a la gente, sobre todo a la juventud, algo que falta en la religión mayoritaria en Túnez. Es por esto que el Papa asume, para los jóvenes en general, este papel de "portavoz" de las aspiraciones más profundas, la primera de todas, la libertad de conciencia.
He aquí porque muchos jóvenes tunecinos, chicos y chicas, vienen a visitar la catedral. En un entorno tan solemne encuentran esa paz que no encuentran en otro lugar, la acogida y la escucha que les falta. "Vosotros, cristianos, tenéis al Papa, sois dichosos" este se oye decir. No es una simple envidia la que se esconde en esta frase pronunciada por muchos de nuestros "amigos" tunecinos, probablemente es la exteriorización de una aspiración que ellos tienen: tener también un "abuelo" capaz de escucharles y comprenderles como sabe hacer el Papa. Ahora que está enfermo, disminuido por la enfermedad, se oye decir "¡Cuánto quieren a este hombre! ". Sí, creo que Juan Pablo II en el curso de su pontificado ha sabido ser un signo y no es cierto que su condición física haya disminuido el impacto entre la gente, sobre todo los jóvenes. Entre los tunecinos, él será recordado ciertamente como el hombre de la Paz y la amistad entre los Pueblos.
En estos días, en que también los periódicos tunecinos y la televisión sacan la noticia del Papa enfermo, mucha gente, conocida o no, me pregunta como está el Pontífice, y esto me molesta y al mismo tiempo me alegra. Me embaraza porque yo no se más de cuanto saben los que preguntan, yo solo se lo que leo u oigo. Me alegra porque una vez más siento como la figura de Juan Pablo II está ligada a todos nosotros cristianos, es casi nuestro santo protector y nuestra tarjeta de visita. Ciertamente tanto en la salud como en la enfermedad este Papa atrae siempre el interés de muchos y goza de la consideración que sólo un hombre de diálogo y apertura puede tener. La enfermedad del Pontífice está en boca de todos, defensores o no, todos ven en él a una persona coherente con sus ideas, a lo mejor un poco testarudo en su querer permanecer en su puesto, como dicen los amigos musulmanes pero un verdadero testigo de la fe". (L.M) (Agencia Fides 20/2/2005 Líneas: 48 Palabras: 743)


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