AFRICA/ANGOLA - El P. Alberto cumple 100 años entre sus hermanos Capuchinos: su misionero más anciano. Testimonio a Fides de su vida gastada en África

jueves, 17 febrero 2005

Roma (Agencia Fides) - Gran fiesta en el convento de Capuchinos en Conegliano en el Véneto. "el P. Alberto ha conquistado a todos con su sonrisa, con su disponibilidad y su atención hacia los demás" dice a la Agencia Fides, el p. Giuseppe Priante, Capuchino, describiendo al P. Alberto Bertoldo, el Capuchino más anciano del mundo, que cumplió 100 años el pasado 12 febrero. El P. Alberto ha desarrollado su actividad misionera primero en Etiopía y luego en Angola, con un intervalo de una decena de años en Véneto dónde dirigió diversos monasterios de la Orden.
"El P. Alberto comenzó su actividad misionera en 1937 en Etiopía" recuerda el P. Giuseppe. "En 1942 cuando los ingleses ocuparon el país, fue trasladado a un campo de concentración en la entonces Rhodesia del Sur (actual Zimbabwe). Siendo civiles el y sus hermanos podían volver a Italia, pero prefirieron quedarse junto a los otros prisioneros para compartir con ellos la dureza de la prisión y ofrecerles apoyo espiritual."
En la posguerra volviendo a Italia, el p. Alberto no se recuperó nunca del "mal de África". Y así en 1960, a los 55 años, consiguió el permiso de sus superiores para ir en misión a Angola donde realizó su servicio en Luanda, capital del país, de 1960 a 1989, cuando por motivos de salud tuvo que regresar a Italia. "El P. Alberto trabajó primero en la parroquia misionera de S. Pablo y luego en la de Fátima. Todos lo estimaban por su disponibilidad y el carisma que emanaba de su persona, con esa su larga y característica barba blanca." recuerda el P. Giuseppe. "El P. Alberto siempre ha demostrado un profundo respeto hacia los otros, y esto se veía en como se preparaba antes de una predicación. Su profunda espiritualidad hizo que muchos sacerdotes lo eligieran como confesor propio".
"En Luanda el P. Alberto junto con sus hermanos desarrolló una importante labor para expandir la Iglesia. Varias parroquias de la ciudad, al menos una decena, fueron, en efecto, fundadas por los padres capuchinos" afirma el P. Giuseppe. "Los padres capuchinos partían de la primera parroquia fundada por ellos, la de S. Pablo, que se convirtió en diocesana en los años 80, acercándose a pie a los diversos barrios de la ciudad. Poco a poco lograron reunir a su alrededor una comunidad que después quedó constituida en parroquia."
"Nuestra Orden está presente en Angola desde 1948, y ahora cuenta con 12 parroquias misioneras en todo el país. El fuerte arraigamiento de los Capuchinos está demostrado por los 5 Obispos capuchino angoleños" afirma el P. Paolo que subraya: "Nuestros Padres no han dejado nunca el país, ni siquiera en los momentos más difíciles de su historia. En 1961, cuando estalló la guerra de la independencia del país de Portugal, los misioneros eran vistos inicialmente como vecinos a los colonizadores. Desgraciadamente dos de nuestros Padres fueron asesinados, pero nadie quiso abandonar la misma misión sino que prefirieron dar testimonio del Evangelio y permanecer junto a la población. Lo mismo sucedió en 1975, con el estallido de la guerra civil, cuando fueron asesinados 3 Capuchinos. Pero este no nos ha impedido continuar nuestra misión. Al fin todos se han dado cuenta de que nosotros estábamos allí tan solo para ofrecer ayuda espiritual y material a la población. Con frecuencia el misionero era el único punto de referencia en un país devastado, especialmente en el campo".
Nacido en Dueville (VI) de Giovanni e Isabella Sella el 13 de febrero de 1905 y bautizado con el nombre de Giuseppe, el P. Alberto era un jovencísimo seminarista en Rovigo. El 19 de febrero de 1928, fue ordenado sacerdote en Venecia, por el Patriarca, Card. Pietro La Fontaine. Antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, tuvo tiempo de dedicarse a la enseñanza, a dirigir una revista franciscana y a dirigir a numerosos laicos franciscanos. Después de su regreso a Italia en 1989, el p. Alberto continuó su obra de sacerdote franciscano en Schio, en una de los más antiguas iglesias de los Capuchinos de Véneto, hasta su traslado a la enfermería de los Capuchinos de Conegliano, en 1998. (L.M) (Agencia Fides 17/2/2005 Líneas: 49 Palabras: 711)


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