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Roma (Agencia Fides) - De la Relación sobre los Objetivos del Milenio para el Desarrollo de Guinea Bissau resulta que de cada 1000 nacidos, mueren 124 en el primer año de vida y 203 durante los cinco primeros años. La mortalidad infantil afecta a 822 recién nacidos de cada 100.000. El 25% de los niños menores de cinco años tiene un peso menor de la media, y en el 6,5% esta disminución es severa. La esperanza de vida se para a los 45 años, y amenaza con empeorar a causa de la alta incidencia del VIH/SIDA, que se estima afecte entre el 8 y el 10% de la población.
Hace unos 5 años, los 191 estados miembros de las Naciones Unidas, acordaron ocho objetivos para aumentar el desarrollo mundial en el nuevo milenio. El primero de estos objetivos era desarraigar la pobreza extrema y el hambre.
Precisamente en estos días, el Programa Alimentario Mundial (PAM) ha dado las gracias al gobierno italiano por la donación de 500.000 euros a favor de las actividades de la agencia de las Naciones Unidas en Guinea Bissau. El gobierno italiano ya envió una contribución de 300.000 dólares el pasado mes de diciembre, a favor de la iniciativa Alianza para la alimentación escolar, la salud y la educación alimenticia en el Sahel.
Gracias a esta última contribución será posible adquirir 1.250 toneladas de arroz, destinadas a las operaciones de desarrollo del PAM y del que se beneficiarán, durante tres meses, cerca de 200.000 personas asistidas en los programas de comida y salud, de alimentación escolar y de 'comida a cambio de trabajo.'
Pero por desgracia, desde principios de este siglo, 4,5 millones de personas han muerto por hambre o por causas ligadas a la misma; de estas, más de 3 millones son niños. Si la actual tendencia continua, para el 2015 habrán muerto de hambre más de 15 millones de personas a partir del momento en que los Objetivos de Desarrollo del Milenio han sido adoptados unánimemente por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio todavía podrían realizarse para el 2015 pero se deben combinar las acciones de los países en vías de desarrollo, entre ellos, una mejor planificación económica, más inversiones en el sector alimentario y una mejor capacidad de gobierno.
Hoy en el mundo más de 300 millones de niños tienen hambre de forma crónica. Si excluimos los que ya están recibiendo asistencia humanitaria y los que viven en China, Brasil e India, países que tienen a disposición comida suficiente para saciar a los propios habitantes, quedan 110 millones de niños y mujeres en cinta que no reciben ningún tipo de asistencia.
El PAM ha estimado que harían falta cada año 4,9 mil millones de dólares para ofrecerles ayuda alimentaria por medio de actividades como la de la alimentación escolar. (AP) (16/2/2005 Agencia Fides; Líneas: 36 Palabras:500)
