AFRICA/KENYA - Proliferación de armas ligeras, pobreza, policía ineficaz y corrompida: para los Obispos de Kenia son algunas de las causas de la violencia que está afectando al país

miércoles, 26 enero 2005

Nairobi (Agencia Fides) - Gran desaliento pero también una fuerte reacción de la sociedad civil está suscitando la reciente oleada de violencias en Kenia, que ha provocado en el último mes al menos 50 muertos.
Los líderes de las principales religiones y los medios de comunicación de Kenia han realizado un llamamiento al gobierno para que tome medidas urgentes para hacer frente a la situación, según afirma la agencia CISA de Nairobi.
El 1 de enero estallaron enfrentamientos entre dos clanes somalíes que viven en Kenia, en Mandará, en la frontera con Somalia y Etiopía, a los que han seguido otros actos violentos en diversas partes del país. Muchas familias se han visto obligadas a huir, viendo destruidas sus propiedades y el entorno social donde vivían.
Entre las últimas víctimas del clima de inseguridad, se encuentra también el p. Thomas Richard Heath, dominico muerto por las heridas provocadas durante un atraco a la casa religiosa de Kisumu, 350 km al Noroeste de Nairobi (ver Fides 19 de enero del 2005).
La Conferencia Episcopal de Kenia por medio de la Comisión Justicia y Paz ha publicado un documento en el que se analiza las causas de la violencia que está afectando al país. Entre ellas la proliferación de armas ligeras, definido como "uno de los desafíos más grandes a los que debe hacer frente Kenia y los demás estados del África oriental". Según los Obispos "La proliferación de armas ilegales ha perjudicado la economía de Kenia, particularmente por la pérdida de confianza de los inversionistas a causa de la inseguridad.
Los Obispos dan crédito a los esfuerzos hechos por los gobiernos de Kenia y los países colindantes para combatir el tráfico de armas en la región, entre los que se encuentra la Declaración de Nairobi contra la proliferación de armas ligeras" suscrito por 10 estados africanos en marzo del 2000, pero piden que se adopten ulteriores medidas: más controles en las fronteras; mejora de las fuerzas de policía; adecuación de las leyes; campañas informativos en las diversas comunidades.
Uno de los problemas más urgentes por solucionar es el de la reforma de las fuerzas de policía: “se decía que la policía perdía la guerra contra el crimen a causa de los bajos sueldos y las miserables condiciones de vida" - recuerdan los Obispos - "Pero aunque la policía ha conseguido sueldos mejores no parece sin embargo, que haya ocurrido algo que pueda inspirar confianza en la lucha contra el crimen". En el país, hay 34.000 policías en una población de 30 millones de habitantes, es decir, hay un policía por cada mil personas. Naciones Unidas encomiendan una proporción de 1 agente por cada 400 habitantes, por lo tanto, escriben los Obispos "los criminales explotan esta falta y consiguen estar siempre por encima de los agentes de seguridad."
Pero con el 47% de la población rural y el 29% de la urbana por debajo del umbral de pobreza es la miseria que afecta a la mayor parte de los keniatas la causa principal de la criminalidad, concluyen los Obispos. (L.M) (Agencia Fides 26/1/2005 Líneas: 38 Palabras: 536)


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