ASIA/IRAK - "Gracias Santo Padre porque sus palabras han dejado una huella en mis secuestradores" dice en una entrevista a Fides Mons. Casmoussa pocas horas después de su liberación

martes, 18 enero 2005

Mosul (Agencia Fides) - "Gracias Santo Padre, porque su oportuna intervención ha tenido un gran papel en mi liberación". Es el agradecimiento al Papa Juan Pablo II dirigido por Mons. Basile Georges Casmoussa, Arzobispo siro-católico de Mosul, en la entrevista concedida pocas horas después de su liberación al P. Nizar Semaan de parte de la Agencia Fides.
Mons. Casmoussa está libre desde hace pocas horas pero no le faltan ciertamente las ganas de contar su secuestro realizado por un grupo todavía desconocido. "No sé cuántos eran los secuestradores, algunos de ellos tenían la cara destapada, otros por el contrario, estaban tapados. Pude hablar bastante con ellos. Me acusaban de ser un colaboracionista de los americanos, pero luego dialogando conmigo, se han dado cuenta que deseo y trabajo por la unidad de todo los iraquíes, para que Irak vuelva a ser un país soberano, en paz, dentro y con todos sus vecinos" cuenta a Fides el arzobispo.
"A medida que pasaba el tiempo, vi que su determinación vacilaba, que no estaban convencidos ya de que yo fuera un adversario, un enemigo al que hay que abatir. Esta mañana, cuando todavía no me habían liberado, uno de mis carceleros quedó realmente impresionado por las declaraciones del Santo Padre. 'Hasta el Papa ha intervenido en tu favor' me dijo. En ese momento comprendí que no estaba lejos de mi liberación, que la esperanza que me había sostenido durante los momentos más difíciles del secuestro recibía una respuesta" dice Mons. Casmoussa.
"Quizás el momento más dramático, pero también el más conmovedor, ocurrió anoche, cuando me pidieron que dijera la última oración" afirma al Arzobispo siríaco. Recé en voz alta pidiendo a Dios perdón por mis pecados y luego, mirando a mis secuestradores, invoqué la Gracia de Dios para que el pueblo iraquí encuentre la paz, la concordia y la unidad. Pienso que mis carceleros tuvieron respeto de estas palabras y la oración tuvo un papel fundamental en mi liberación" subraya Mons. Casmoussa.
"Quiero dar las gracias Dios por el don de la vida y la libertad y a todos los que se han permanecido cercanos con la oración" añade el arzobispo. "Quiero también agradecer al Santo Padre y a sus colaboradores que han sido muy importantes en este hecho, interviniendo de modo rápido y discreto. Un agradecimiento por último también a los medios de información, que llevando enseguida a conocimiento de la opinión pública mundial mi secuestro, han ejercido una presión sobre los secuestradores."
El Arzobispo añade luego algunos detalles de su liberación: "Cuando decidieron liberarme, me hicieron acurrucarse en el maletero de un automóvil, igual que cuando me secuestraron. Luego me dejaron en un barrio de Mosul, desde donde pude llamar al Arzobispado para que vinieran a buscarme. Pero dado que el coche enviado por mis colaboradores tardaba porque estaba atascado por el tráfico, cogí un taxi y regresé a casa."
"Esta aventura me ha permitido meditar sobre el sentido profundo de la vida y la muerte. Me ha reforzado en la fe y en la determinación de ofrecer mi contribución por la unidad y la concordia de todo los iraquíes. Qué Irak vuelve a ser un país en paz y unido" concluye Mons. Casmoussa. (L.M) (Agencia Fides 18/1/2005 Líneas: 41 Palabras: 561)


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