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Caracas (Agencia Fides) - Al término de la 83° Asamblea Ordinaria, el episcopado venezolano ha hecho pública la exhortación titulada “Diálogo y Perdón por la Paz", en la que se revela que no se ha trabajado lo suficiente en la búsqueda de la reconciliación y la paz". Los Obispos señalan con profunda preocupación, un aumento de la polarización y la ausencia de señales que indiquen la superación de estas actitudes y la exclusión que estos producen en la sociedad.
En el panorama nacional se percibe un protagonismo casi exclusivo del Poder Ejecutivo en la gestión del Estado. Esta excesiva concentración de poder bajo el control del Gobierno, parece anular la autonomía de los Poderes Públicos, situación que ha conducido a una progresiva distorsión hasta llegar a la pérdida de la institucionalidad. Eso es sumamente dañino para una democracia que, por su naturaleza, exige, junto a los poderes públicos autónomos y libres de presiones, una oposición responsable y crítica. De otro modo, se podría dar el peligro del abuso de poder y se abrirían las puertas a una dictadura bajo la apariencia de legalidad" puntualizan los Obispos.
Despierta también profunda preocupación entre los Pastores la aprobación de leyes de carácter decididamente restrictivo, en contradicción con el espíritu de los principios y los derechos sancionados de la Constitución y de los tratados internacionales suscritos por el Estado venezolano. "Una sociedad en que se restringen, incluso legalmente, la libertad de opinión y el disenso, sin dejar espacio al intercambio y a la presentación de propuestas, cierra prácticamente el camino a la verdad."
El episcopado subraya que para construir una Venezuela humana, justa, solidaria y fraterna, es urgente la reconciliación, el pluralismo y el diálogo entre todos los venezolanos: "Es urgente establecer un diálogo auténtico y responsable entre el Gobierno y los que no comparten su proyecto político social". El país no puede continuar viviendo en un prolongado estado de polarización. Las diversas fuerzas políticas tienen que compartir su responsabilidad con verdad y justicia, teniendo siempre en consideración las exigencias del bien común. De otra manera "la voluntad de no ceder, así como la falta de escucha recíproca y la pretensión de ser cada uno la medida de la justicia, frenan el diálogo, las soluciones y el desarrollo duradero y pacífico". Por lo tanto, exhortan a multiplicar los gestos de reconciliación, de moderación del lenguaje y las expresiones con que los adversarios se califican. Piden, además que "se estime, por encima de todo lo que separa, lo que hay en común como venezolanos, y que se perdonen mutuamente por las faltas y los errores."
La afligida exhortación de los Obispos termina invocando la ayuda de la Inmaculada Concepción para edificar, en el respeto de las diferencias, una nación de hermanos. En este sentido se recuerda, que el presente y el futuro del país requieren superar las actitudes que dividen y dar testimonio de lo que une: la misma historia, un destino y una esperanza comunes. (RZ) (Agencia Fides 17/1/2005; Líneas: 37 Palabras: 533)
