ASIA/IRAK - “No podemos salir ni siquiera para ir a Misa", dicen a Fides religiosos iraquíes - Testimonio del P. Waheed Gabriele Tooma, de la Orden Antoniano de S. Ormisda de los Caldeos - La huida de los cristianos de esta tierra

miércoles, 12 enero 2005

Bagdad (Agencia Fides) - "Vivimos en una situación muy peligrosa. No podemos salir ni siquiera para ir a Misa. Sacerdotes y los religiosos son perseguidos dentro y fuera de las iglesias. Nos encontramos encerrados en casa": es el grito de ayuda llegado a Fides por las Religiosas Dominicas de la Presentación de Mosul. La Congregación tiene 7 casas en Irak con un total de 40 religiosas, que trabajan en la instrucción, acogida de niños y jóvenes y asistencia sanitaria.
La situación para los cristianos en Irak se agrava: prueba de ello es el reciente episodio que ha concernido a dos monjes Caldeos del Monasterio de Dora, al Sur de Bagdad, secuestrados hace pocos días por unos desconocidos y liberados dos días más tarde. Al acercarse las elecciones de finales de enero, la floreciente industria de los secuestros no conoce fin, y son los extranjeros, a los iraquíes más ricos (por el rescate) y al personal religioso, especialmente cristiano, los puntos de mira del integrismo religioso islámico. Con vistas a las elecciones, la Agencia Fides ha recogido el afligida testimonio del P. Waheed Gabriele Tooma, monje Caldeo, hermano en religión de los dos secuestrado.
"En Irak soñamos con la paz y la democracia y queremos olvidar el pasado. Pero, por desgracia hoy, después de un régimen opresivo que ha durado 35 años y 13 años de pesadilla a causa del embargo, Irak continua sufriendo, porque la guerra no ha terminado.
Es todo un pueblo el que muere cada día y no solamente por falta de comida y medicinas: muere moral y culturalmente, privado su identidad, de la libertad y de su derecho a vivir en paz como los demás pueblos de la tierra. El camino de este pueblo es oscuro, parece sin futuro: los niños mueren apenas nacen, sin una sonrisa.
En esta situación la gente huye: más de 3 millones han emigrado al extranjero y entre ellos, los cristianos. Sólo en los últimos meses, después del atentado a las Iglesias cristianas, han emigrado más de 50.000 iraquíes cristianos hacia Siria, Jordania y Turquía, a causa de las amenazas recibidas por fundamentalistas islámicos. ¿Cuál es culpa? Ser cristianos, es decir de la misma religión que los soldados occidentales.
Hace pocos días dos de mis hermanos monjes fueron secuestrados y, gracias a Dios, liberados después de dos días de reclusión. En mi ciudad nativa, Zakho, en Kurdistán, la situación es más tranquila. Muchísimo iraquíes de Bagdad se trasladan allí, dejando sus casas y el trabajo a causa de los bombardeos, los auto-bombas y las amenazas cotidianas. ¿En esta situación quién paga el precio más alto? Como siempre, los inocentes. Las ciudades de Irak están ahora muy tristes con polvo, habitadas por gente reducida a la pobreza y la desgraciada.
Sumergidos en un caos tal, la gente se pregunta hoy: ¿qué ocurrirá después de las elecciones? ¿Cambiará algo después de las elecciones? Al pueblo le cuesta creer en un cambio real. Y además, el que vaya a votar corre el riesgo de ser asesinado, porque no existe la más mínima seguridad. Numerosos miembros de las organizaciones para las elecciones iraquíes han presentado su dimisión a causa de las amenazas recibidas. ¿Qué futuro habrá después de las elecciones? Para llegar a elecciones democráticas y libres, antes de nada se necesita preparar el terreno y poner fin al terrorismo.
Nosotros cristianos mantenemos, de todas formas, la esperanza de que mejorará la situación y pedimos de todo corazón a Dios que traiga la paz a Irak y que ayude a todos los que sufren. Dios bendiga Irak."
(P. Waheed Gabriele Tooma, Procurador de la Orden Antoniano de S. Ormisda de los Caldeos) (PA) (Agencia Fides 12/1/2005 Líneas: 46 Palabras: 646)


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