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Manila (Agencia Fides) - "La Navidad nos recuerda que la expresión del amor de Dios hacia nosotros es Jesucristo, su Hijo y nuestro Señor y Salvador. Pero la celebración de la Navidad está influenciada cada año por las condiciones espirituales, económicas, sociales y políticas del país. Calamidades naturales, pobreza creciente, tragedias personales y regionales influencian el sentimiento con el que vivimos este acontecimiento". afirma Mons. Gaudencio Rosales, Arzobispo de Manila en su mensaje de Navidad 2004, enviado la Agencia Fides.
El mensaje del Obispo llega en un momento delicado para Filipinas, todavía sacudido por las consecuencias de la depresión tropical que afecto a principios de diciembre la parte oriental de la isla de Luzon, causando más de 1.500 víctimas, entre muertos y desaparecidos y millares de desplazados, en uno de los balances más graves en cuanto a catástrofes de tifones de los últimos 50 años.
El país está metido en una difícil operación de saneamiento financiero y recuperación económica para acabar con el déficit de balance y la deuda pública, y luchar contra el paro y la pobreza que atenaza a un tercio de la población. La presidenta Gloria Arroyo, electa en mayo pasado, al inicio de su mandato de seis años, afronta también el desafío de la pacificación nacional, que pasa por la reapertura de negociaciones con los rebeldes islámicos y comunistas.
Refiriéndose a esta situación, el arzobispo ha difundido un mensaje de esperanza: "A pesar de todo - se lee - buscamos pequeños momentos de alegría en nuestras vidas y asumimos una actitud de felicidad para dar un sentido a nuestro augurio de Feliz Navidad."
El Obispo anima la población: “Hay esperanza cuando los seres humanos buscan la Paz del modo como la buscó Jesús. Esto es lo que nos susurra la Navidad incluso en medio de la oscuridad, después de que la tempestad y el dolor se han ido". (PA) (Agencia Fides 22/12/2004 Líneas: Palabras:
