ASIA/TURQUIA - El Portal de belén, símbolo muy querido incluso por los niños musulmanes: en Navidad, día laboral, pequeños y grandes llenan la iglesia de Antioquía para ver a Jesús Niño en el pesebre

martes, 21 diciembre 2004

Antioquía (Agencia Fides) - "La Navidad está a las puertas. En Antioquía, al sur de Turquía, llega silenciosa, sin el lujo de las luminarias por las calles, la atracción de los escaparates adornados con luces, la preocupación de los últimos regalos por comprar. Pero esto no anula al deseo de dar una digna acogida a Jesús Niño "vistiendo de fiesta" nuestra iglesia con flores, velas y manteles nuevos, y sobre todo con el belén, para celebrar e ilustrar el gran misterio de Dios hecho hombre débil e indefenso; para alegrarnos juntos por Su Luz que ha desgarrado las tinieblas". Mariagrazia Zambon, una seglar de la comunidad católica de Antioquía, cuenta a la Agencia Fides como se vive la Navidad en un país musulmán.
"Nuestro belén se convierte en una atracción para pequeños y grandes, recuerdo de un acontecimiento histórico de alcance universal. La visita a la iglesia católica es una cita deseada para muchos tanto cristianos como no cristianos. Mientras en Italia algunos piensan en meterlo en un sótano, quitarlo de las escuelas, esconder lo que forma parte de la tradición navideña, aquí a los alumnos les gusta reunirse alrededor del pesebre de Jesús Niño y admirar el nacimiento de este gran profeta, haciendo preguntas sobre el sentido de los ángeles, de las velas, de la cueva: signos que se convierten en motivo de reflexión e interés. Y es ocasión para nosotros de presentar el mensaje evangélico a partir de unas pocas y sencillas estatuas de yeso. Una tradición que no debemos traicionar, y mucho menos en Turquía, estado con un 99% de musulmanes.
También este año se repite el "milagro". Acabamos prácticamente de preparar los dos árboles en los salones, las luces y los adornos y sobre todo el portal de belén en iglesia. Justo entonces llega al portón de la iglesia una riada de niños, con sus uniformes azules. Llegan de una escuela de la otra parte de la ciudad. El ayuntamiento no ha puesto ni siquiera a su disposición un autobús y así han venido a pie, desafiando el frío y el tráfico. Llegan de un barrio pobre en la parte nueva de la ciudad: quien está sin chaqueta, quién sin calcetines quién con los zapatos rotos y llenos de barro o de tres medidas más grandes. Obviamente ninguno es cristiano.
"Desean ver la iglesia y sobre todo el belén. Para ellos es la primera vez. Sabemos que para vosotros se acerca una fiesta grande y queremos compartirla con vosotros", los introduce una de las maestras. Enciendo las luces de colores apenas instadas y… para ellos se abre un espectáculo. Un simple belén, con pocos personajes, ángeles y ovejitas, las montañas de pasta de papel y la choza de madera: para ellos es un hechizo. La maestra, también ella musulmana, les explicas: "Los cristianos en el día de Navidad celebran el nacimiento de Jesús, profeta enviado por Dios al mundo para traer la paz, el amor, la fraternidad; para enseñarnos a amarnos. Y de veras quiere que lo imitemos si queremos vivir según Dios. Jesús fue una persona buena y los pastores lo sabían. He aquí porque, apenas recién nacido, fueron a alabarlo y a rezarle"
Ni una palabra, ojos en blanco, bocas abiertas. Hechizados por las luces y las estatuas. ¡Estos son para nosotros, los primeros pequeños, los pobres adoradores de nuestro Mesías! En estos días será un sucederse continuo de clases y alumnos. ¿Qué les empuja a venir hasta aquí? ¿Qué esperan ver?
Y los más interesados parecen ser los adultos que se asoman con curiosidad al gran misterio ilustrado por el belén, tratando de intuir algo de este Dios nacido en una gruta, y capaz de transformar la vida, trayendo amor y paz incluso en los corazones más atormentados. Muchos vendrán aquí preguntándose que es lo que ven tan especial y "potente" los cristianos en este profeta recién nacido.
Incluso el Prefecto, el Jefe de la policía, las autoridades de relieve de la ciudad, en el día de Navidad, día laboral como muchos otros, tienen una cita fija en su agenda: la visita a la iglesia católica, no sólo para felicitar al párroco y a la comunidad cristiana, sino también para admirar el portal de belén, siempre igual, pero siempre original y fascinador. Una tradición cristiana que, con gusto y arte, sabe hechizar y contar quién es el verdadero protagonista de la Navidad". (Agencia Fides 21/12/2004; Líneas: 51 Palabras: 763)


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