AMERICA/MEXICO - "Hagamos sitio a Jesús, para que esta Navidad no sea como una esfera brillante por fuera pero vacía por dentro, sino que traiga esperanza de tiempos nuevos para los pobres" afirma el Obispo Arizmendi Esquivel

lunes, 20 diciembre 2004

San Cristóbal de Las Casas (Agencia Fides) - En su mensaje para las fiestas navideñas, titulado “Jesús es esperanza de vida nueva”, el Obispo de la diócesis de San Cristóbal De Las Casas, Chiapas (México), Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, señala el gran valor de la celebración de la Navidad a pesar del clima de tensión social y de los múltiples problemas que se derivan de ello, especialmente para la población más débil y necesitada.
En el mensaje, el Obispo subraya los principales problemas de su Diócesis y de todo el pueblo mexicano (migración creciente en busca de mejores condiciones de vida, desconfianza respecto a gobernadores y políticos, laicismo antirreligioso, divorcio, etc) que están en contraste con el mensaje de paz, de esperanza, de justicia que trae el Niño Jesús. Mons. Felipe Arizmendi Esquivel afirma: "Cuando se acepta a Jesús en la mente y en el corazón como único Salvador y Libertador, como único camino, luz y vida, todo cambia y se realiza ese mundo nuevo anunciado por los profetas: 'Los pobres volverán a alegrarse en el Señor, los hombres más pobres en el Santo de Israel se regocijarán. Porque se habrán terminado los tiranos, se habrá acabado el hombre burlador y serán exterminados todos los que sean el mal, los que declaran culpable a otro con su palabra, y tienden lazos al que juzga en la puerta y desatienden al justo por una nonada. (Is 29,19-21).
El Obispo exhorta a rezar en esta Navidad, para que se alejen el odio y la división, la injusticia y la opresión, la envidia y la mentira, la corrupción y la prepotencia, y el pueblo mexicano goce de aquella paz y fraternidad que trae Jesús Niño. Que la Buena Nueva anunciada por los ángeles a los pastores también se cumpla en cada uno de nosotros: "Hagamos espacio a Jesús, para que nazca y viva en nuestros corazones, en nuestras familias, en la sociedad, en la política, en las leyes, en la economía, en las relaciones internacionales, en los organismos mundiales... porque que esta Navidad no sea como una esfera exterior, brillante por fuera y vacía por dentro, sino que traiga la esperanza de tiempos nuevos para los pobres."
El mensaje concluye con el deseo de que Jesús sea la estrella que nos conduzca, la Palabra que nos ilumine, la luz que nos enseñe el verdadero camino de la vida y que no nos dejamos seducir por los mensajes engañosos de la publicidad, ni por las pasiones desordenadas del alma y del cuerpo. Sino que nos mantengamos firmes en nuestra fe y nos postremos humildemente ante el Señor, presente en los sacramentos, vivo y verdadero en la Eucaristía, lo servamos en los pobres, en los enfermos, en los ancianos, en los presos, en los inmigrantes, en los minusválidos y en los indígenas. (Agencia Fides 20/12/2004)


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