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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La fiesta de la Navidad, quizás la más querida a la tradición popular, es rica en símbolos, ligados a las diversas culturas. Entre ellos, el más importante es ciertamente el portal de belén, que tuve la oportunidad de subrayar el domingo pasado. Junto al portal de belén, como en esta Plaza de San Pedro, encontramos el tradicional árbol de Navidad". En el último domingo de Adviento, 19 de diciembre, el Santo Padre Juan Pablo II ha dedicado su discurso antes del ángelus, a los símbolos de la Navidad, deteniéndose en particular sobre el árbol de Navidad. Una costumbre antigua, "que exalta el valor de la vida porque en la estación invernal, el abeto siempre verde se convierte en un signo de la vida que no muere" dijo el Papa. Generalmente a los pies del árbol adornado se ponen los regalos navideños: “El símbolo se hace elocuente también desde el punto de vista típicamente cristiano: recuerda al ‘árbol de la vida’ (Cf. Gn 2, 9), representación de Cristo, supremo don de Dios a la humanidad.
"El mensaje del árbol de Navidad es, por tanto, que la vida es ‘siempre verde’ si se hace don: no tanto de cosas materiales, sino de si mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca. “¡Que María nos ayude a vivir la Navidad como una ocasión para experimentar la alegría de entregarnos a los hermanos, especialmente a los más necesitados!"
Después de la oración del ángelus, el Papa ha dirigido un saludo particularmente cariñoso a los niños y jóvenes de Beslan (Osetia), huéspedes de algunos familiares de los Carmelitas Descalzos de Trento, con estas palabras: "Queridos, que el bien que estáis recibiendo de tantos amigos os ayude a superar las heridas de la terrible experiencia pasada". (S.L) (Agencia Fides 20/12/2004 - Líneas: 24 Palabras: 346)
