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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El contacto con el otro lleva a descubrir su “secreto”, a abrirse a él para aceptar sus aspectos válidos y contribuir así a un mayor conocimiento de cada uno. Es un proceso largo, encaminado a formar sociedades y culturas, haciendo que sean cada vez más reflejo de los multiformes dones de Dios a los hombres". Escribe el Santo Padre Juan Pablo II en su Mensaje para la 91 Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado, que se celebrará el 16 de enero del 2005, sobre el tema: "La integración intercultural."
"El emigrante, en este proceso - continúa el Mensaje -, se esfuerza por dar los pasos necesarios para la integración social, como son el aprendizaje de la lengua nacional y la adecuación a las leyes y a las exigencias del trabajo, con el fin de evitar que se cree una diferenciación exasperada". El Papa profundiza después en algunas implicaciones del aspecto intercultural. Ante todo "el conflicto de identidad", que nace a menudo del encuentro entre personas de culturas distintas y, pero donde no faltan elementos positivos. " En nuestras sociedades, marcadas por el fenómeno global de la migración, es preciso buscar un justo equilibrio entre el respeto de la propia identidad y el reconocimiento de la ajena". Se deben excluir tanto los modelos que tienden "a hacer del otro una copia de sí" como los modelos de marginalización de los inmigrantes: "el camino que se debe recorrer es el de la auténtica integración, con una perspectiva abierta, que evite considerar sólo las diferencias entre inmigrantes y autóctonos". En el Mensaje se corrobora "la necesidad del diálogo entre hombres de culturas diferentes en un contexto de pluralismo que vaya más allá de la simple tolerancia y llegue a la simpatía.... Se debería promover en cambio una fecundación recíproca de las culturas. Eso supone el conocimiento y la apertura de las culturas entre sí, en un marco de auténtica comprensión y benevolencia.."
Los cristianos en este contexto "saben reconocer la presencia en las diversas culturas de ‘valiosos elementos religiosos y humanos’, que pueden ofrecer sólidas perspectivas de entendimiento mutuo. Obviamente, es preciso conjugar el principio del respeto de las diferencias culturales con el de la tutela de los valores comunes irrenunciables, porque están fundados en los derechos humanos universales". Para ser coherentes con sí mismo, los cristianos no pueden renunciar a predicar el Evangelio de Cristo a toda criatura. Lo deben hacer, obviamente, en el respeto de la conciencia ajena, y practicando siempre el método de la caridad". " Como centinelas, los cristianos deben ante todo escuchar el grito de ayuda que lanzan tantos inmigrantes y refugiados, y luego deben promover, con un compromiso activo, perspectivas de esperanza, que anticipen el alba de una sociedad más abierta y solidaria. A ellos, en primer lugar, corresponde descubrir la presencia de Dios en la historia, incluso cuando todo parece estar aún envuelto en las tinieblas".
Durante la Rueda de prensa de presentación del Mensaje del Papa, se ha ofrecido algunos datos relativos al fenómeno migratorio, que afecta a cerca de 175 millones de personas que se encuentran en un país distinto del suyo nativo. De estos, cerca de 56 millones están en Europa, unos 50 millones en Asia, 41 millones en América del Norte, 16 millones en África, 6 millones en los países de América Latina y Caribe, y otro tanto en Oceanía. Entre los países que han albergado el mayor número de inmigrados figuran: Estados Unidos (unos 35 millones), la Federación rusa (13 millones), Alemania (7 millones), la India y Francia (6 millones), Canadá (6 millones), Arabia Saudita (5 millones), Pakistán (más de 4 millones) e Italia (que ocupa el 20 lugar con 2 millones y medio). En Estados Unidos se pueden localizar al menos 40 países de procedencia de los inmigrantes, con México a la cabeza (9 millones). Alemania tiene una población extranjera procedente de 18 naciones. Japón recibe inmigrados de al menos diez Países. De los inmigrados en Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos cerca del 38% provienen de América Latina y Caribe, mientras el 24% son de origen asiático o vienen de Oceanía, y cerca del 21% son europeos. (S.L) (Agencia Fides 10/12/2004; Líneas: 49 Palabras: 729)
