EUROPA/ITALIA - “Se está abriendo una nueva estación caracterizada por la presencia de movimientos laicos cristianos en la vida de nuestro País" afirma Luigi Bobba, presidente de Acli, en una reflexión para la Agencia Fides sobre los movimientos y sus iniciativas

lunes, 6 diciembre 2004

Roma (Agencia Fides) - Luigi Bobba, presidente de los Acli, ha concedido a la Agencia Fides una reflexión sobre los movimientos y sus iniciativas, que publicamos a continuación. "El final de la estación veraniega de los movimientos católicos como un sucederse de acontecimientos dominados más por las emociones que por los pensamientos y las propuestas, es, no solo egoísta, sino también poco coherente con cuánto realmente ha ocurrido primero en el Mitin de CL (Comunión y Liberación) después en Loreto (Acción Católica) y en Milán (Comunidad de S. Egidio) y por último en Orvieto (Acli). Realmente se está abriendo una nueva estación caracterizada por la presencia de movimientos de laicos cristianos en la vida de nuestro País. La afirmación podría parecer atrevida y hasta un poco arriesgada, pero no es difícil encontrar las nuevas características de esta estación para evitar enhorcar dos viejos y tranquilizadores esquemas del pasado.
Los diálogos, lazos de unión y los pensamientos comunes no deben ser leídos con la lente de una nueva composición católica, sino como respuesta a una triple derivación: la de la privatización de la fe, la del debilitamiento sino cancelación de los cuerpos intermedios; la de una comercialización de todos los ámbitos del vivir que "reduce cada vez más el área disponible a la comunidad humana para la acción pública y voluntaria a todos los niveles" (Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, 2001).
Reaccionar a esta deriva es urgente, si no queremos encontrarnos entre las manos un catolicismo social destrozado en su identidad, debilitado en las obras, incapaz de comunicar a las personas, especialmente a los más jóvenes, la fuerza trasformadora de la fe incluso en la vida civil y política. De aquí una posible senda que pudiera conducirnos en primer lugar, a imaginar, con los movimientos de naturaleza eminentemente eclesial y pastoral, un proyecto común para responder al desafío lanzado por la CEI para una "parroquia misionera": formar juntos un laicado que sienta la misión como la característica distintiva de este tiempo. Con las organizaciones que tienen un perfil marcadamente social o sindical, no estamos lejos de poder escribir una "agenda" de temas sobre los que coordinarnos para actuar juntos.
No hay que tener miedo de los viejos fantasmas, sino más bien de nuestra pereza y del sutil riesgo, si bien oportunamente engalanado, de la resignación; o convertirnos en insignificantes. Sal que ya no logra salar, levadura que no realiza su función. He aquí porque merece la pena correr algún riesgo, si queremos encarnar los caracteres de esta nueva estación del laicado cristiano organizado, mirando hacia una meta más comprometida: el convenio decenal de la Iglesia que está en Italia que se tendrá en Verona en otoño del 2006 y que tendrá precisamente en el centro el tema Testigos de Jesucristo Resucitado, esperanza del mundo". (Agencia Fides 6/12/2004 - Líneas: 36 Palabras: 509)


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