AFRICA/BURKINA FASO - "La atención al enfermo, en el espíritu de San Camilo, se dirige a cada persona, cualquiera que sea su religión de pertenencia, clase social o color de la piel": una reflexión a Fides del hermano camiliano Grigoletto

lunes, 6 diciembre 2004

Ouagadougou (Agencia Fides) - El hermano Giovanni Grigoletto, camiliano, enfermero diplomado, en misión desde hace 30 años en el ambulatorio para adultos del Centro médico San Camilo de la capital del Burkina ha enviado a Fides una reflexión sobre la ayuda sanitaria prestada en el centro de Ouagadougou.
"Muchas veces, durante las conversaciones con amigos y visitantes que vienen a Burkina Faso, el tema se centra sobre el tipo de enfermos que se dirigen a las estructuras camilianas o, mejor, sobre su religión de pertenencia. Es un discurso recurrente especialmente de parte de quién, se encuentra por primera vez, en situaciones multi-religiosas, y normalmente está acostumbrado a vivir en un lugar donde la mayoría, por no decir la totalidad (al menos de nombre...), es católica.
Se necesita, por ello, dar un salto realmente grande, en el modo de pensar y de ver, para convencerse de que la ayuda sanitaria, precisamente en el espíritu de S. Camilo, se dirige a cada persona, cualquiera que sea su religión de pertenencia, clase social o color de la piel. Y todo esto sin pretender o pedir una adhesión a nuestra fe de la que, sin embargo, sacamos la inspiración, fuerza y ánimo para cumplir cada día nuestra misión de "buen samaritano", con la ayuda del Señor y bien conscientes de nuestros límites humanos, según el carisma de la orden a la que pertenecemos.
El Papa Pablo VI dijo en una memorable ocasión que 'el mundo, más que de maestros, necesita hoy testigos'. Es este el concepto traducido en el concreto diario que nos lleva, de vez en cuando, a alegrarnos por algunas conversiones de musulmanes a nuestra fe, atraídos por nuestro testimonio.
Es un camino a veces largo, hecho de preguntas, de explicaciones, de atenta observación; otras veces es un camino pesado porque el interesado 'preso' y fascinado por el testimonio cristiano, encuentra obstáculos, incomprensiones y no raramente aversión en el ámbito de la propia familia tradicionalmente musulmana.
Pero grande es la alegría cuando la mano del Señor toca, a través nuestro, a algún hermano o hermana doliente y que, precisamente en el sufrimiento, le llama a formar parte de ese pueblo que ha redimido y salvado con la Sangre de Su Hijo.
De aquí nace, una vez más, nuestro canto de alabanza hacia el Señor 'bueno y grande en el amor' que realiza, como en Maria, 'grandes cosas' valiéndose de personas atentas y comprometidas, a llevar a la práctica, en la humildad, la caridad." (GG/AP) (Agencia Fides 6/12/2004; Líneas: 33 Palabras: 450)


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