AFRICA/MALAWI - “Sin una renovación moral seguiremos siendo pobres”, dice el Arzobispo de Blantyre

martes, 14 julio 2015

Lilongwe (Agencia Fides) - “¿Por qué somos pobres?”, se pregunta Su Exc. Mons. Thomas Luke Msusa, Arzobispo de Blantyre, en su mensaje para el 51 aniversario de la independencia de Malawi, que se celebra el 6 de julio. “Nuestra pobreza es mucho más profunda que la falta de industrias, minas, moneda extranjera en nuestros bancos mal administrados. Tal vez la población de Malawi es pobre porque hemos perdido la transformación humana y moral, incluso antes de la económica” responde Mons. Msusa. “La transformación económica no se logrará sin una moral económica demostrada por nuestros líderes en cada sector de la sociedad”.
“Mientras que la corrupción, el nepotismo y el regionalismo sean las principales características de los líderes del gobierno, no habrá un Malawi diferente”, ha dicho en un informe enviado a la Agencia Fides, el P. Piergiorgio Gamba, misionero Monfortino. “Los discursos de los líderes religiosos para el aniversario han hablado de un país que con el paso de los años se hunde en la pobreza: falta de medicamentos en los hospitales, el sistema de salud al borde del colapso por falta de pago de los salarios, la falta de aulas y maestros para las escuelas, la falta de empleo para los jóvenes obligados a buscar trabajo en Sudáfrica a pesar de la violencia causada por la xenofobia, la tasa de interés que cobran los bancos casi al 40%”.
El misionero recuerda que Malawi, en estas condiciones, acoge a casi mil personas de Mozambique, que huyen de la violencia resultante de la cesación del fuego que en realidad no se alcanzado nunca del todo entre el partido de la Frelimo en el gobierno y la oposición de la Renamo. Además Malawi aún no ha completado la repatriación de los ruandeses, a causa de la falta de ayudas para cubrir los gastos de transporte, a pesar del acuerdo que preveía la repatriación en 2013.
A agravar la situación, se suma la escasez de alimentos que se producirá en los próximos meses, de octubre a marzo de 2016. La cosecha se ha visto diezmada por la inundación, dejando dos millones ochocientos mil personas directamente en peligro para su supervivencia. (L.M.) (Agencia Fides 14/7/2015)


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