EUROPA/ITALIA - "No existen en la Iglesia de Cristo problemas insuperables, cuando el amor, la justicia y la paz se encuentran": 23° Conferencia ecuménica de los Obispos amigos del Movimiento de los Focolares en Constantinopla, invitados por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I

viernes, 3 diciembre 2004

Roma (Agencia Fides) - El viernes, 26 de noviembre, cuarenta Obispos - ortodoxos, siro-ortodoxos, armenios apostólicos, anglicanos, evangélico-luteranos y católicos de varios ritos, procedentes de 18 naciones - han ido juntos a Nicea, lugar en el que hace casi 1700 años, durante el primer Concilio ecuménico, se formuló el Credo común cristiano, llamado precisamente niceno-constantinopolitano. Conscientes de las tristes consecuencias de las desuniones en el curso de los siglos, en este lugar-simbólico se han prometido solemnemente actuar en todo y ante todo el mandamiento evangélico del amor recíproco, "para que Cristo viva siempre entre nosotros y el mundo pueda creer por nuestra contribución", como ha dicho el Arzobispo de Praga, el Card. Miloslav Vlk, uno de los principales promotores de la iniciativa.
“Ha sido este - en opinión de los participantes - uno de los momentos cumbre de la 23° Conferencia ecuménica de Obispos amigos del Movimiento de los Focolares que, por invitación del Patriarca ecuménico Bartolomé I, se ha desarrollado del 23 de noviembre al 1° de diciembre en Constantinopla. Bartolomé I intervino en la Conferencia y, dirigiéndose a los Obispos, se congratuló por su celo en promover la unidad de los cristianos, y se centró después sobre el tema del Congreso: "Dónde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos"(Mt 18, 20). Con amplia referencia a la Escritura y al pensamiento de los Padres griegos, el Patriarca destacó tres fundamentales presupuestos para que se pueda verificar esta promesa de Jesús: "el amor hacia Cristo, realizado con la observancia de todos sus mandamientos; la fe en Él, manifestada como confianza en Él y la recta fe como recto conocimiento de su persona que mana de la comunión personal con Él."
En el curso de la Conferencia, los Obispos han visitado las diversas Comunidades cristianas de la ciudad, uniéndose a su oración, conociendo sus tesoros espirituales y compartiendo sus alegrías y sufrimientos. En Fanar, Sede del Patriarcado ecuménico, los Obispos han participado en la solemne oración ante la llegada desde Roma de las reliquias de San Juan Crisóstomo y San Gregorio el Teólogo, un gesto ecuménico de gran significado que - como dijo en Roma el Patriarca Bartolomé I - "confirma que no existen en la Iglesia de Cristo problemas insuperables, cuando el amor, la justicia y la paz se encuentran". La participación continuó después durante las celebraciones por la Fiesta de San Andrés, Patrono del Patriarcado ecuménico, para la cual, además de la Delegación vaticana conducida por el Card. Kasper, han llegado a Constantinopla representaciones de las Iglesias ortodoxas en el mundo.
La presencia de Cristo entre los que están unidos en su nombre ha sido no solo el tema del Convenio sino sobre todo la experiencia que ha animado el desarrollo del mismo, creando - como han dicho los Obispos - una intensa unión de verdadera "fraternidad". Tres intervenciones preparadas por Chiara Lubich, han ilustrado los fundamentos de este camino ecuménico que nace de la espiritualidad de comunión experimentada en el Movimiento de los Focolares: el llamado "Diálogo de la vida” o "Diálogo de pueblo" que - ha explicado Chiara Lubich - "no es un diálogo de la base que se contrapone o yuxtapone a las llamadas cumbres o responsables de Iglesias sino un diálogo en el que pueden participar todos los cristianos ". Un Obispo luterano ha expresado lo experimentado en el Congreso con las palabras del bien conocido himno "Ubi caritas et amor, ibi Deus este - Dónde hay caridad y amor allí está Dios." (P.L.R) (Agencia Fides 3/12/2004 - Líneas: 45 Palabras: 627)


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