AFRICA - “El problema principal de África es la crisis de valores” dice un alto exponente africano de la Onu

miércoles, 10 junio 2015

Libreville (Agencia Fides) - “El problema principal de África es la crisis de valores”, ha afirmado el Representante Especial de la ONU para África Central, el senegaleses, Abdoulaye Bathily, durante una reunión de los jefes de la misión de la ONU de la zona, que incluye 11 países, celebrada en Libreville, Gabón. “Los países africanos no son ni mejores ni peores que otras zonas del mundo con respecto a los valores éticos”, ha afirmado. “Uno de los mitos más extendidos sobre África, es el de que en su sociedad, a diferencia de las occidentales, abundan los valores espirituales, la gente es muy generosa, la familia es fuerte, la mayoría de sus habitantes defienden la vida humana o son más solidarios. Me temo que nada de esto es correcto”.
“Es cierto - continúa Bathily – que en África falta el desarrollo económico, el buen gobierno y sistemas más democráticos, pero ninguna de estas cosas se podrá realizar si la mentalidad no cambia y la gente se hace más tolerante, más sensible a los más vulnerables y más honesta”.
Bathily también señala que es ingenuo contraponer “una clase dirigente corrupta a poblaciones angelicales y bien intencionadas”, porque “lamentablemente en las sociedades africanas la corrupción, la intolerancia y el buscar los propios intereses a costa de lo que sea - incluyendo dañar a los vecinos - son cosas que se dan en cualquier rincón del barrio donde se vive, o en cualquier lugar del pueblo más remoto”.
“Así que no puedo estar más de acuerdo en que una de las raíces de los males de este continente es la crisis de valores, que se puede encontrar en personas que no dudan incluso de aprovecharse de la debilidad de los demás para hacer dinero o no dudan en vender la honestad de sus hijas adolescentes”, concluye.
Según lo informado por la Agencia Fides, las Conferencias Episcopales de varios estados africanos en repetidas ocasiones han denunciado la decadencia moral que se encuentra en la clase dirigente y en las poblaciones de sus países, como lo demuestra los episodios graves de corrupción, el odio étnico y la xenofobia. (L.M.) (Agencia Fides 9/6/2015)


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