VATICANO - "La Iglesia en Camboya es todavía una pequeña minoría, esta realidad nos invita a asumir seriamente nuestro deber misionero hacia los hermanos no cristianos" exhorta el Card. Sepe durante su visita pastoral a Phnom-Penh

jueves, 2 diciembre 2004

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Mi corazón está lleno de alegría y de gratitud hacia Dios nuestro Padre por este día y por esta ocasión que me ha sido dada de poder hacer una visita a vuestra noble Patria, Camboya, celebrar con vosotros esta Eucaristía en acción de gracias, y cantar juntos las alabanzas del Señor y su misericordia infinita". Son los sentimientos expresados por el Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Card. Crescenzio Sepe, que llegó a Camboya el miércoles 1° de diciembre. El Cardenal se reunió con los Obispos del País, el clero, religiosos, religiosas, misioneros y el laicado católico. Después visitó el Centro social y el museo del genocidio. Esta mañana, 2 de diciembre, el Card. Sepe ha presidido en el patio del Seminario la solemne Concelebración Eucarística en la que han participado el Rector, los formadores, seminaristas y un grupo de laicos.
Tomando ocasión el versículo evangélica de Mateo (15,32): "Siento compasión de esta muchedumbre", el Cardenal ha subrayado en la homilía: "El Señor podría repetir estas palabras esta mañana a nuestra comunidad, aquí convocada.... Todos nosotros necesitamos de su misericordia, de su amor, de su compasión infinita, de su perdón por nuestros pecados". Después de haber transmitido el saludo afectuoso del Santo Padre y su bendición para todas las familias y comunidades, el Cardenal Prefecto ha recordado algunas etapas de la historia de la evangelización de Camboya.
"Los primeros cristianos y el primer sacerdote misionero procedente de Filipinas y Portugal desembarcaron aquí, hace más de 400 años, trayendo la Buena Nueva a esta tierra - ha recordado el Card. Sepe -. Posteriormente, llegaron también en 1665, los Padres de las Misiones Extranjeras de París, a los que la Congregación de Propaganda Fide había confiado oficialmente la misión de Camboya. Tal misión ha conocido períodos de paz y de desarrollo, pero también páginas negras en su historia. Sin embargo, la misericordia divina es más grande y más fuerte que toda maldad y que todos los males que el hombre pueda imaginar y llevar a la práctica para destruir a los propios hermanos y a la Iglesia. Hoy, con nuestra gran alegría, no sólo han vuelto al país los misioneros que entonces fueron expulsados, sino también muchas otras personas, muchos institutos masculinos y femeninos se han establecido con un ardor nuevo para contribuir al renacimiento de esta Iglesia."
Los frutos de este trabajo lento, humilde, discreto y tenaz, llevados adelante sobre todo con el amor y sacrificio de muchos misioneros, son hoy evidentes: 21.000 católicos; 5 sacerdotes locales, numerosos misioneros y misioneras de diversas nacionalidades y varias congregaciones religiosas. "¡La Iglesia en Camboya ha resurgido! Qué Dios sea alabado y le sean dadas inmensas gracias por su misericordia y su amor que no deja nunca hacia esta Nación y su Iglesia"! ha exclamado el Cardenal Sepe.
El Prefecto del Dicasterio Misionero ha expresado después la gratitud de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos a los misioneros, a los fieles laicos, a todos los que han consagrado su vida a la causa de este pueblo ya la Iglesia en Camboya. Un agradecimiento particular para los católicos de Camboya "por la fidelidad a la Iglesia y a la Sede Apostólica". El Papa, la Santa Sede, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos "conocen las dificultades pastorales que experimentáis cada día y os apoyan en vuestros esfuerzos - ha asegurado el Cardenal -. No tengáis miedo de testimoniar a Cristo y su Evangelio en vuestra vida cotidiana.... La Iglesia en Camboya es todavía una pequeña minoría con respecto a la gran mayoría de los hermanos y hermanas khmer que no conocen todavía Jesús Cristo ni la buena Noticia. Esta realidad - ha continuado el Cardenal - nos invita a asumir seriamente nuestro deber misionero hacia nuestros hermanos no cristianos."
Formación cristiana, santificación de la familia, formación de la juventud, promoción de las vocaciones, evangelización, devoción eucarística, sobre todo en este Año de la Eucaristía, son los objetivos prioritarios indicados por el Card. Sepe para la Iglesia camboyana. El Cardenal Sepe ha lanzado un último llamamiento a los jóvenes: "Escuchad la voz de Jesús que os habla en vuestro corazón, en la oración, en los momentos de comunión eucarística: sed generosos para responder, para seguirlo, para continuar su misión salvadora en esta tierra". (S.L) (Agencia Fides 2/12/2004; Líneas: 54 palabras: 765)


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